La legislación peruana permite que las empresas y supermercados
deduzcan de impuestos el valor de los alimentos que destruyen cuando están
próximos a vencer o tienen defectos de empaque, pero no cuando los donan a una
institución de caridad. De tal manera
que, según Lía
Celi, gerente general del Banco de Alimentos del Perú, en el país se desechan cada año entre 4,5 y 9
millones de toneladas de alimentos, que equivalen al 15 y 30 por ciento de todo
lo que se produce.
Se
ha planteado al gobierno a hacer un
cambio normativo que permita registrar como gasto deducible del Impuesto a la
Renta el 100% de las donaciones de alimentos que realicen las empresas y que
esta operación no se grave con el IGV, tal como ya ocurre en países como
México, Chile o Colombia.
La propuesta está referida a donación de alimentos, no a otro tipo
de donación.