domingo, 31 de diciembre de 2017

OPINIONES 31/12/2017




  • Fujimorato, copia nueva
    César Lévano
    La represión brutal y ciega contra la marcha antifujimorista del miércoles –marcha en gran parte formada por muy jóvenes– revela el nuevo rostro gubernamental. Los métodos del dictador han quedado sueltos en plaza. Esa es la inconstitucionalidad instaurada gracias al acuerdo de no vacancia presidencial.

    Los sectores progresistas, democráticos y de izquierda deberían tomar en cuenta este giro histórico: el fujimorismo ha vuelto al poder, en alianza con el presidente Pedro Pablo Kuczynski. El sector político que no votó por la vacancia ni ha expresado por qué lo hizo, por qué se abstuvo de votar contra PPK.

    Ayer, se publicaron los resultados de una encuesta nacional urbano rural de El Comercio e IPSOS. Se ve ahí que el 56 por ciento aprueba el indulto a Alberto Fujimori, mientras 40 por ciento lo desaprueba.

    Sin embargo, cuando se pregunta por qué PPK resolvió como lo hizo, el 63 por ciento responde: “Porque negoció con Kenji Fujimori los votos que lo salvaron de ser vacado”. Asoma ahí la intuición de la alianza de la reconciliación reaccionaria que se ha instalado en Palacio.

    Ayer también se publicaron las actas procesadas por IDL de la declaración de Marcelo Odebrecht ante fiscales peruanos. He aquí dos fragmentos que son concluyentes:

    ¿Cómo se daba esa ayuda normalmente?

    Yo no lo puedo decir. Con seguridad, siempre había varios medios para hacer eso. En algunos casos pudo ser de manera oficial, en otros casos a través de una empresa local. Se puede hacer por ‘caja 2’, con pagos no contabilizados. No puedo precisar cómo fue en cada caso. Eso con certeza lo puede decir Barata. No puedo precisar si ese pago envolvió o no algún un tipo de tratativa, si hubo una contrapartida general, si fue un abre puertas, si hubo una contrapartida específica, si fue una donación espontánea. Eso, en el caso de Alan García, la persona que conoce, que tenía una relación con Alan García era Barata. En el caso de Alan García, con toda certeza, él lo va a poder decir. Porque esa era una relación que era de Barata. Él tenía esa relación.

    ¿Se determinó la entrega de dinero para los presidentes de Perú?

    Yo no determiné nada. Pero tengo la certeza de que apoyamos a todos los presidentes, expresidentes y candidatos de oposición. Tengo la certeza de eso. Barata podrá dar detalles.
    http://diariouno.pe/columna/fujimorato-copia-nueva/

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    PPK, pésimo en política, mal en Economía
    Alan Fairlie Reinoso
    A dieciocho meses del gobierno, su gestión económica es decepcionante. Si bien hubo factores exógenos negativos (caída de los precios internacionales, Niño Costero, Lava Jato), se cometieron graves errores de política macroeconómica.

    Coyuntura y estructura
    Había una tendencia recesiva, pero el nuevo gobierno inició su gestión económica con una política macroeconómica restrictiva.

    En el plano fiscal, se dio un sobreajuste cuando se requería lo contrario (teniendo recursos para hacerlo), mientras la política monetaria no redujo la tasa de interés para reactivar la economía.

    Se buscó mantener las metas fiscales y de inflación a como dé lugar, para no aumentar el riesgo país y el costo del endeudamiento externo, que se incrementó sustancialmente en este gobierno. Aumentó el déficit en cuenta corriente, se frenó el crecimiento de la economía y de los empleos, en la medida que la inversión pública no contribuyó a un impulso de la inversión privada que tenía tasas negativas en los dos años previos.

    En el plano más estructural, se abandonó el tímido esfuerzo de diversificación productiva que el anterior gobierno había impulsado, no se impulsaron medidas para fomentar la competitividad y el aumento de la productividad. Todo se apostó al “destrabe” de grandes proyectos de inversión pendientes, y algunas medidas tributarias que buscaban formalizar la economía, pero que no tuvieron resultados. No se dio un aumento a la inversión en ciencia, tecnología e innovación, tampoco se impulsó la regionalización, más allá de encuentros con gobiernos regionales y locales que no se reflejaron en un mayor presupuesto, autonomía y atribuciones para el interior del país.

    El gobierno optó por la profundización del modelo en curso, implementando el programa que ofreció en la primera vuelta de las elecciones. Dejó de lado las promesas hechas a distintos actores económicos, sociales y de trabajadores en la segunda vuelta, ya que se flexibilizaron estándares laborales y ambientales y se continuó privilegiando al capital extranjero y nacional, principalmente concentrado en el sector primario.

    Con la recuperación de los precios de las materias primas, nuevamente un factor externo permite una relativa recuperación de la economía nacional.

    Pero, no se puede afirmar que ya estamos en plena reactivación. Según Oscar Dancourt, el PBI no primario, que representa más del 80% del PBI, continua obteniendo tasas de crecimiento bajas, llegando a los últimos cuatro trimestres a niveles inferiores a los alcanzando a principios del año 2000. Por otro lado, en cuanto a la generación de empleo urbano en empresas de más de 10 trabajadores sigue mostrando caídas en julio, agosto, setiembre y octubre del presente año (Entrevista en Perspectivas. www. alanfairliereinoso.pe, del 04.12.2017).

    PBI Gasto 2017 - 2018

    RECURSOS TRIBUTARIOS
    Los recursos tributarios continúan cayendo y se mantienen las altas perforaciones tributarias, desde las exoneraciones hasta la elusión y evasión tributaria, pasando por las iniciativas legislativas del Congreso de la República. Esta situación se volverá más crítica desde el 2019, cuando el impulso fiscal se reduzca ante exigencias de déficit menores.

    La solicitud de facultades legislativas extraordinarias, se orientan nuevamente a la profundización del modelo en curso, ya que buscan promover la inversión minera, afectar los costos previsionales, impulsar nuevamente la flexibilización laboral, y la privatización del Estado y las políticas públicas. Luego del indulto posiblemente no solo tengan luz verde, sino apoyo en su implementación.

    CORRUPCIÓN Y POLÍTICA ECONÓMICA
    La corrupción destapada desde principios de año, viene afectando e impactará críticamente no sólo a la esfera política, sino también a la esfera económica.

    Algunos analistas estiman en 1% del PBI el impacto probable del retiro del mercado de las empresas consorciadas y de la parálisis de las obras de la empresa Odebrecht (La República, 10.12.2017). Pero en la esfera política, lo grave es que la pérdida progresiva de legitimidad de los principales líderes políticos involucrados, funcionarios e incluso autoridades del propio gobierno, puede llevar a una pérdida en la credibilidad en las políticas públicas, desincentivando las expectativas de inversión en el sector privado, paralizando la economía. Máxime si se ha involucrado al propio presidente, que puede ser vacado o renunciado.(si se suma además la crisis por el indulto).

    El modelo de liberalización y apertura implementado en América Latina, tuvo en el Perú un caso extremo. Se fue profundizando en los últimos gobiernos, a pesar de que prometieron en elecciones su reforma o cambio. Se acompañó de una creciente desregulación y privatización del Estado, buscando “promover” la inversión privada. Lamentablemente, esto favoreció prácticas corruptas que se dieron a niveles insospechados. La captura del Estado por poderes económicos y fácticos, hizo que se continuara con políticas que habían sido cuestionadas en las urnas, lo que ha llevado a crecientes conflictos laborales, socio-ambientales y regionales.La crisis política actual refleja ese problema estructural. Se necesita superarlo, para llegar al Bicentenario, lo que implica una salida democrática a la crisis actual, con PPK fuera del gobierno.
    http://diariouno.pe/columna/ppk-pesimo-en-politica-mal-en-economia/


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    El pavo mentiroso
    Eduardo González Viaña
    1)  La primera desgracia que el indulto le trae al Perú es otra deuda. La defensa de Fujimori está pidiendo la nulidad del proceso en virtud del cual el dictador ha estado en la cárcel.

    Si lo consiguen, pedirán una reparación civil que obligará al Estado a pagar una cuantiosa indemnización por los 12 años que “injustamente” el terrorista japonés ha penado en la DIROES.

    Vale decir que no solo va a eludir el pago de sus cuantiosos robos sino que además terminaremos debiéndole.

    2)  La segunda consecuencia es un desprestigio generalizado de nuestro país. El Perú ha sido portada de diversos medios internacionales, y no para bien. La prensa extranjera resalta el hecho de que el presidente peruano se salvara de una vacancia, y todo conduce a la conclusión de que hubo un inmoral intercambio de favores.

    Se señala que en vista de que está probado el pago millonario de Odebrecht a la empresa de Kuczynski, el indulto ha provenido de un acuerdo entre maleantes.

    3)   El endurecimiento de las leyes contra la corrupción acordado en Alemania contó, al parecer, con la experiencia peruana como un episodio inaceptable, propio tan solo de países gobernados por bufones y corruptos.

    4)   El indulto otorgado por el presidente peruano ha puesto en duda la próxima visita del Papa a nuestro país. Fuentes bien informadas señalaban que Francisco se había sentido ofendido por esta jugada en la que pareciera que se le está usando.

    El disgusto del pontífice había comenzado cuando el mandatario peruano lo visitara hace poco con el propósito claro de solicitarle su apoyo para la liberación de Fujimori, algo que ya estaba planeando y que reiteradamente negaba.

    Kuczynski, que se ha pasado la vida operando lobbies de moralidad dudosa,  no parece ser un buen lector pues ignora que tanto la teología de la liberación como las encíclicas de los últimos papas son llamados progresistas que condenan al capitalismo como un “excremento del demonio”. El presidente peruano se chocó con roca pues suponía que su encuentro con Francisco iba a ser un intercambio de estampitas.

    5)   En el Perú,  muy pocos o casi nadie cree en los pronunciamientos del presidente y la mayoría habría deseado su vacancia. Muchos se han sentido decepcionados por el comportamiento de los congresistas que se retiraron del hemiciclo y le evitaron el castigo moral que merecía y merece.

    6)   El país es sacudido por marchas como las ha habido muy pocas veces en la historia.

    Se exige la nulidad el indulto, y esto es posible. Tiene antecedentes muy cercanos como en el 2009, cuando Alan García se lo otorgó al empresario mafioso José Enrique Crousillat López. Tres meses después esa medida fue revocada.

    7) En las marchas, hay una inmensa presencia juvenil.

    La lucha se ha convertido en una cruzada moral en la que todos están convencidos de que los gobernantes de hoy ya no diferencian entre el bien y el mal, y que habría que cambiar de Constitución y de sistema.

    8)   En circunstancias tan temibles, se supondría que el presidente estuviera aprovechando la lección y aprendiendo a decir la verdad, pero no es así. Sigue mintiendo. Acaba de anunciar un gabinete de reconciliación nacional. A ello, responden los que marchan:

    “No queremos un gabinete nuevo. Queremos un nuevo Presidente.”

    9)   En reciente artículo, comparaba yo la situación del Presidente con la suerte de un pavo que se salvó de ser sacrificado gracias a que el cocinero se bebió unos tragos con él. Terminaba el texto con unas frases que ahora resultan premonitorias:

    “Es posible que PPK firme con mano temblorosa el indulto del carnicero Fujimori,e haya muchos que estén dispuestos a luchar por esos cambios. El poder no tiene por finalidad finiquitar negocios, el poder que el pueblo otorga en una democracia tiene por finalidad última y esencial el bien común. La brújula moral tiene que estar muy maltratada para que resulte tan difícil comprender algo tan simple.
    http://diariouno.pe/columna/la-irresponsabilidad-al-poder/

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    Crisis política afecta recuperación económica
    Jorge Manco Zaconetti
    La economía política es la ciencia social que estudia las relaciones sociales de producción y distribución en un contexto históricamente determinado, en razón de ello la economía y la política están indisolublemente ligadas, de allí que lo que está pasando en nuestro país, con el indulto político e interesado al expresidente Alberto Fujimori, tiene y tendrá profundas consecuencias en el laboratorio social que se llama Perú, y lamentablemente ensombrece y afectará la recuperación económica de nuestro país para el 2018.

    En el 2018 diversos organismos públicos y privados proyectaban un crecimiento económico del PBI superior al 4% gracias al mejoramiento de los precios de los minerales, entre enero/octubre los precios del cobre se han incrementado en un 29%; los precios del zinc en un 47%; el gas natural en un 69% entre los principales productos.

    Con un crecimiento proyectado del 4% nuestro país se ubicaría entre los líderes del crecimiento económico en esta parte del mundo. Lamentablemente la convulsión social que se avecina ha de reducir este pronóstico de manera sustancial con consecuencias imprevisibles.

    La recuperación de los precios del cobre y zinc, los bajos niveles de inflación, el alto nivel de reservas internacionales y la posición de cambio, el superávit de la balanza comercial, el bajo nivel de desempleo, la disciplina fiscal serán poca cosa ante la ola de manifestaciones sociales y políticas que se extenderán a nivel país, cuestionando el modelo económico, e incluso la precaria democracia que tanto costó a los peruanos.
    UN INDULTO PERVERSO
    Un indulto político producto de una negociación para “salvar el pellejo” del Presidente Pedro Pablo Kuczynski de la vacancia presidencial por “incapacidad moral”, tendrá efectos directos en el crecimiento económico, en la estabilidad, en las inversiones públicas y privadas, en la confianza empresarial, por la inestabilidad política que genera cuya expresión maximalista se resume en la frase política “que se vayan todos”

    Es tal la indignación ciudadana que las calles serán el escenario privilegiado en Lima y en las principales provincias del país que combinadas con las declaraciones recientes de la corrupción de Odebrecht en Brasil, se compromete no solamente a PPK, sino también a Keiko Fujimori y Alan García. Con ello se tiene el coctel molotov explosivo completo con los ex presidentes y altos funcionarios investigados, desde Toledo, García, Humala y PPK.

    Es tal la extensión y profundidad del descontento, el malestar popular e indignación que provoca el indulto político al expresidente Fujimori, el mismo que se ha gestionado en un tiempo record, que ha de alimentar el desborde de la cólera ciudadana, en especial en la región sur del país y particularmente en los jóvenes que saldrán a las calles a protestar por lo que consideran una burla a la institucionalidad democrática.

    El presidente Kuczynski debiera saber que el ex presidente Fujimori no ha cometido excesos, faltas ni errores, sino crímenes de lesa humanidad, violación sistemática de los derechos humanos en el marco de un régimen corrupto que ha sido calificado como el más corrupto de la historia republicana, lo cual es decir bastante.

    No es posible construir una sociedad moderna en democracia con instituciones sólidas si no se respeta el debido proceso, si no se acata la ley en su sentido más amplio, sino se cumplen las sentencias por más importantes que sean los personajes implicados. Por ello, el indulto político constituye una violación legal por más que el presidente afirme que lo ha otorgado por razones humanitarias. Los juristas más reconocidos han expresado su desacuerdo a este infeliz indulto por no contemplar el procedimiento del llamado indulto humanitario.

    Por tanto, la esperada reconciliación entre los peruanos con un Alberto Fujimori libre y haciendo política alimentará más aún el descontento social, ante lo que se considera una burla al país, a la democracia y la institucionalidad. Ello tendrá consecuencias económicas que afectarán las inversiones en un país que tiende a la convulsión social al margen de los buenos deseos del oficialismo.

    Por tanto, el escenario político no será esencialmente el Congreso de la República que será rebasado por las masas que han encontrado una justificación para la movilización. Aquí no se está reclamando por mejores salarios, empleo o más recursos. La demanda ciudadana apunta a un cambio político, a la renuncia del Presidente de la República y la convocatoria de nuevas elecciones.

    La consabida política de masas se hará en las calles y plazas, en las múltiples manifestaciones que los organismos sociales, gremiales, como la CGTP han de organizar más los colectivos cívicos que se irrogan en la práctica la representación ciudadana.

    En los próximos meses se mantendrá el fuego de la protesta social y callejera contra una decisión presidencial nefasta que avivará el discurso de los estilos Antauro Humala, Goyo Santos, Sutep anti Patria Roja, que competirán por el discurso más radical como el Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso.

    Si a esto le agregamos la incapacidad, ineficiencia, desinterés y mediocridad del equipo de gobierno de PPK, que en su primera versión fue catalogado como un “gabinete de lujo” prácticamente tendremos un presidente de la República cautivo de las fuerzas oscuras del fujimorismo, con una recomposición del Consejo de Ministros que será previamente consultada por la mayoría fujimorista cuyo líder indiscutible es Alberto Fujimori.

    RECUPERACIÓN ECONÓMICA EN CUESTIÓN
    Una expresión de la incapacidad del presente gobierno lo expone la dramática realidad del “Programa Reconstrucción con Cambios” donde los montos presupuestados con financiamiento para los próximos 3 años ascienden a S/ 25,655 millones de soles, de los cuales al mes de noviembre del presente año solamente se ha ejecutado según el Banco Central de Reserva (BCRP) la suma de S/ 399 millones, lo cual representa un irrisorio porcentaje de 1.5 %, a pesar de las múltiples necesidades de la población involucrada.

    En el mismo sentido, a la misma fecha del total presupuestado se ha adjudicado para la reconstrucción la suma de S/ 945 millones, es decir el 3.7 % lo cual demuestra la incapacidad del propio estado de ejecutar los recursos en razón de una serie de argumentos, pues esta paralización está ligada a los efectos de la sistemática corrupción de los gobiernos locales y regionales, que no han sido superados por la autoridad de la “Reconstrucción con Cambios” que ha sido nombrada a dedo por el poder ejecutivo.

    En esa misma lógica la inversión estimada por los “proyectos de inversión y compromisos de inversión entre el 2017/2018 por sectores” prácticamente se paralizarán ante la incertidumbre, la inestabilidad social y política, la emergencia de las masas cuestionando al viejo lobista que tenemos como Presidente de la República y todo lo que representa.

    Según el cuadro en referencia se trata de un monto de US$ 8,215 millones de dólares que se tenían proyectados para el 2017/2018 por la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión) que prácticamente tendrán que postergarse ante la inestabilidad a la cual nos ha llevado la irresponsabilidad de un presidente que piensa más en sus negocios privados que en el interés del país, lo cual ha sido demostrado en su vinculación con Odebrecht cuando era ministro de economía y finanzas en el gobierno de Toledo.

    Un político y dueño de empresas en los Estados Unidos en la década de los cincuenta del siglo pasado Jhon Foster Dulles, afirmaba “que no hay nada más cobarde que un millón de dólares” cuando se trata de inversiones en países convulsionados socialmente.

    En tal sentido, las inversiones en los sectores de transporte, telecomunicaciones, energía, minería, agua y saneamiento, inmuebles y salud se paralizarán en razón de la inestabilidad y falta de legitimidad de nuestros gobernantes. ¿Qué inversionista serio vendrá a invertir al Perú con un gobierno que no tiene legitimidad social ni política?

    Siempre hemos sostenido que la capacidad de movilización no está en los votantes del fujimorismo acostumbrados a la prebenda y el asistencialismo. Tampoco está en las huestes apristas divididas y reducidas a su mínima expresión. El partido político de PPK prácticamente ha dejado de existir con un “gabinete de lujo” para la foto, pero ineficiente y autista en términos políticos. Por tanto, el camino está libre para propuestas radicales y maximalistas. Frente a ello, el señor presidente de la República debe presentar su renuncia, al igual que sus vicepresidentes y convocar a nuevas elecciones.
    http://diariouno.pe/columna/crisis-politica-afecta-recuperacion-economica/

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    Enemigos de la democracia
    Jorge Millones
    Como en los noventas, los gases y cachiporrazos nos harán iguales a todos, en la lucha se darán cuenta que todos son necesarios y lograremos identificar con más claridad al enemigo común. De nada sirve ahora decir “yo soy más puro que tú, yo tengo razón y tú no” mientras el enemigo fujimorista y sus aliados corruptos consolidan su pacto de impunidad. Hagamos política con todos y no sectas entre iguales.

    “Enemigos de la democracia” es el libro que el intelectual aprista Javier Tantaleán Arbulú publicó en 1994; señala que la teoría neoliberal siente desprecio por la democracia porque obstruye la acumulación de capital. Señala que su utopía (Calalaxia) es una ficción mercantil y advierte qué iban a hacer los neoliberales (incluido el segundo gobierno de García) con el Perú: la destrucción del equilibrio de poderes y el copamiento del Estado en salvaguarda de algunos pocos intereses privados. Hoy que vivimos el fin de la “era democrática pospaniagua” y constatamos la consolidación de la “república empresarial” (Durand dixit) con todos sus líderes y engranajes corruptos, debemos decir que en el Perú estamos siendo testigos de un proceso de restitución fujimorista, y que en este pulseo con el pueblo, vienen ganando las mafias gracias a la complicidad del ahora ilegítimo Presidente Kuczynski.

    REHÉN DEL FUJIMORISMO
    PPK ya tiene su 5 de abril. La humillante patada que le dio al país quedará en la historia como la peor Nochebuena que hemos vivido en mucho tiempo. El falso indulto humanitario otorgado al condenado Fujimori y las condiciones en las que se otorgó, representan el fin de la democracia peruana. El Estado peruano ha sido tomado por el lumpen-empresariado y sus operadores políticos. Hasta la propia CNN en español dice que PPK es un rehén del fujimorismo. Jueces y probablemente fiscales comprometidos con la lucha contra la corrupción, están siendo removidos, poco a poco la prensa va cerrando filas para “consumar” el hecho. Mientras se suceden masivas renuncias en varias instancias del Estado en señal de protesta contra el indulto.

    El indulto es un insulto al país, a los familiares de las víctimas de la política criminal del fujimorismo, que durante décadas buscaron justicia y hoy vuelven a sentir el mismo dolor de antaño. Un insulto a la confianza en las instituciones de nuestra alicaída democracia. Un insulto a quienes de buena fe creemos que el Perú puede dejar de ser esa cueva de ladrones, corruptos y asesinos que se coluden para buscar impunidad.

    Y es más que evidente que el modelo fujimorista y su Constitución deben ser cambiados. Es una ecuación terrible: Constitución del 93 = Injusticia+Corrupción+Impunidad.

    Si algo ha caracterizado este proceso es el enorme poder de las empresas corruptas y corruptoras que están siempre por encima del poder del Estado. La infiltración mafiosa del sistema de justicia que reacciona mal y lentamente ante denuncias que tiene que venir de fuera para que nos enteremos, justamente, no nos enteramos porque el periodismo se ha convertido, en mucho, en una comparsa muda de la megacorrupción.

    El pacto de impunidad de las fuerzas corruptas ha pasado ahora a la ofensiva, a sepultar de una vez por todas los obstáculos que le pone la democracia, No solo tienen el control del Parlamento y otras instituciones clave, ahora controlan también al Ejecutivo. Se ha consumado la restitución fujimorista.

    NUEVO PROCESO CONSTITUYENTE
    No pueden culpar a la izquierda de patear el tablero del juego democrático, ha sido la derecha en su versión fujiaprista (y ahora con PPK de capataz) quienes han desconocido el equilibrio de poderes, los conflictos de intereses, el respeto a las instituciones, la lucha contra la corrupción y el rechazo a la impunidad. Cada vez que ha habido una posibilidad de salvar el juego democrático la izquierda se ha jugado por esa posibilidad, cargando muchas veces las críticas de sus sectores

    Porque hay que decirlo, en los extremos de la democracia están los extremismos de derecha (fujimorismo fascistoide) y los extremismos de izquierdas que consideran que la democracia es una “cosa burguesa y caviar que no sirve para nada”. Ambos, en el fondo consideran que los conflictos se resuelven a balazos, a bombazos o con políticas de exterminio (grupos Colina y hornos del Pentagonito).

    Jalonean y desestabilizan el juego democrático todo el tiempo y medran en medio de la crisis. Unos quieren el poder para conservar sus privilegios y redes de corrupción, y los otros, supuestamente para derrocarlos, pero siempre “juegan en pared”, son funcionales uno al otro. Ambos son los verdaderos enemigos de la democracia. En el fondo, quieren matarse unos a otros, sin importarles nada la gente inocente que pudiera estar en medio, los “daños colaterales”. A ninguno les tiembla la mano para meter un “coche-bomba” o un “paquetazo” que subsuma a miles de familias en la miseria. Todos somos prescindibles para ellos.

    Lo que ha hecho PPK es retrocedernos al 5 de abril de 1992, evidenciando el agotamiento de la democracia “pospaniagua”. Paradójicamente, se abre una posibilidad para refundar el país, esta vez desde las luchas y protestas ciudadanas. Y aunque es un momento de duro “pulseo” entre las mafias y el Perú democrático, es posible impulsar una lucha para derrotar a las mafias e impulsar un nuevo pacto social, un proceso constituyente que involucre al Perú entero y culmine con una nueva Constitución. Para lograrlo hay que luchar en todos los frentes que podamos. Los ciudadanos de a pie nos veremos en las calles. Otra vez.
    http://diariouno.pe/columna/enemigos-de-la-democracia/
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    Un indulto y cuatro mitos
    Rosa María Palacios
    ¿Usted se opondría a que un hombre en estado vegetativo obtenga un indulto humanitario a pesar de sus graves crímenes? No lo creo. No creo que una persona bondadosa, magnánima, reconciliadora, pueda ser tan salvaje de oponerse a un pedido de cuidados paliativos con un mínimo respeto a los últimos días de un ser humano. ¿Usted le diría que no a un joven tuberculoso que agoniza en un penal con una condena de dos años? Lo dudo mucho.

    ¿Quién puede oponerse? Eso es fácil de decir, pero la realidad es otra. Monseñor Norberto Strotmann, Obispo de Chosica y Lurigancho, puede contarles la larga lista de reos que murieron en cárcel esperando un mínimo de humanidad que nunca llegó. Años de pastoral en cárceles pueden dar cuenta de cuántas veces ha administrado el sacramento de la extremaunción en condiciones carcelarias dignas de una cloaca. Así que rompamos el primer mito. No es verdad que los indultos humanitarios se los dan a todos los que cumplen los requisitos. Ni siquiera para ellos ha existido o existe celeridad o seguridad de obtenerlo. El indulto es siempre discrecional y si el Presidente no lo quiere, no lo otorga. De hecho, Kuczynski no lo ha otorgado en los dos casos reales del primer párrafo.
    Alberto Fujimori Fujimori no ha recibido un indulto y derecho de gracia humanitario. Los papeles pueden decir eso –pueden decir cualquier cosa– pero cualquier reo enfermo de verdad a la espera lenta de su muerte sabe que no es así. Fujimori ha recibido un indulto negociado en 13 días a cambio de unos pocos votos para salvar a Kuczynski de la inminencia de su propia vacancia. Ese indulto, disfrazado de humanitario, es un indulto común porque no hay ni enfermedad mental, ni enfermedad terminal, ni enfermedad degenerativa agravada por las condiciones carcelarias. Y el indulto común está vedado para Fujimori tanto por la ley peruana (que prohíbe el indulto por secuestro agravado) como por los casos La Cantuta y Barrios Altos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

    Terminemos pues con el segundo mito. Fujimori, el reo, ha recibido un indulto político, negociado entre el gobierno y su hijo Kenji, al margen de la ley peruana. Esa es la única verdad. Una verdad que está siendo silenciada de modo tan burdo, que ha causado una reacción previsible. El país puede perdonar sin problemas a un reo enfermo, incluso a uno no tan enfermo, pero ¿que te agarren de idiota? ¿Que te cuenten el cuentazo de la reconciliación cuando no hay más que un “toma y daca” en medio de las broncas de una familia disfuncional que en lugar de ir a terapia familiar usa la política nacional como su campo de batalla? Eso es inaceptable. De ahí la indignación de millones de peruanos.

    Las pruebas de la negociación se hacen evidentes en la línea del tiempo de los procesos de indulto y vacancia, la actuación de los personajes que rodean las tratativas y las reacciones posteriores al anuncio del indulto. Si el gobierno está tan orgulloso de sus actos, ¿por qué todos los Ministros que no han renunciado están mudos? “Los indultos no se ven en mi sector” es una excusa tan mala, que ya da hasta pena por ridícula. Las vacancias tampoco se ven en tu sector, Ministro, Ministra o congresista. Los que sabían son cómplices y los que fueron sorprendidos y avalan, también. Su mudez habla por ellos.  Sin embargo, hay una razón para el silencio. Si hablan, si cuentan lo que de verdad sabemos que pasó, se hará más evidente –de lo que ya es– el pacto político que invalida el indulto.

    El tercer mito es que aquí no hubo engaño. Decir que Kuczynski siempre estuvo a favor del indulto es una verdad a medias y esa es la peor de las mentiras. Mercedes Aráoz engañó a Marisa Glave, a la bancada de Nuevo Perú –y a todo el país– el jueves 21 diciendo que no había trámite alguno de indulto. Con eso obtuvo la abstención de sus 9 miembros y salvó la vacancia. Si Aráoz fue engañada por el Ministro de Justicia, ¿por qué no lo despide? El Vice Ministro conocía la solicitud desde el lunes 18. ¿No sabía nada el Ministro? Si fuese así, ¿por qué no despide a su Vice Ministro? Porque todos eran parte operativa de esta trafa. Por eso aparecen juntitos ante la prensa. Ninguno ha renunciado.

    Y el último mito que quiere creer el Presidente es que “aquí no va a pasar nada”. “Es fin de año, ¿quién va a protestar?”. El rugido de la calle ya lo está oyendo y lo seguirá oyendo, no sólo en Lima. “El 70% de los peruanos quiere el indulto”, le aseguraron pero ¿de esta forma? Eso no lo preguntaron porque ese escenario no existía. “Esto lo van a aceptar internacionalmente”. ¿SÍ? Internacionalmente lo que somos como país hoy es una vergüenza. “Nadie va a renunciar”, dijeron otros, pero los mejores, los que tienen sentido del honor, ya se fueron. “Keiko va a tener que pactar contigo”. “Ahora sí, tu gobierno es un sólido cogobierno”. No, no es un chiste. Cuando el Presidente despierte el dinosaurio seguirá ahí, salvo que esta vez estará completamente solo y listo para ser devorado.
    http://larepublica.pe/politica/1164678-un-indulto-y-cuatro-mitos


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    ¿Es una bomba? Más o menos
    Mirko Lauer

    ¿Las declaraciones de Marcelo Odebrecht recién reveladas son la bomba que se estaba esperando? En cierto modo sí, pues suman a Fuerza Popular, al Apra y a Peruanos por el Kambio a la lista de quienes recibieron fondos de campaña de Odebrecht. Todavía está por demostrar, pero se supone que de eso se encargará Jorge Barata.

    Pero pocos esperan que esto se traduzca en prisión preventiva para los líderes de esos partidos. Se supone que recibir fondos para una campaña, incluso de Odebrecht, no es propiamente un delito. De allí que tantos consideren injusta la prisión del matrimonio Ollanta Humala-Nadine Heredia, que incorpora el argumento electoral.
    De otra parte las declaraciones del brasileño son puntuales, pero genéricas. No aporta nombres de quienes recibieron ni circunstancias (otra tarea para Barata), y en cierto modo sugiere que otros partidos menores también se pusieron en esa cola. Esto último le da a la bomba algo así como un efecto retardado.

    Debemos entender que lo revelado por IDL-Reporteros funciona como una suerte de globo de ensayo para la actuación de la fiscalía. Marcelo Odebrecht ha completado el marco de referencia, en el sentido de que todos recibieron, pero el capítulo final de la delación sigue en manos de Barata, hombre clave de esta historia.

    Este esquema de declaraciones genéricas y ping-pong entre Odebrecht y Barata, una manera de arrastrar los pies, es en buena medida producto de que empresa y Estado peruano no han llegado a acuerdos satisfactorios. Lo que estamos viendo es un limbo tentativo entre la ruptura y el acuerdo, mientras la justicia local avanza como puede.

    Mientras espera más elementos importados para el caso, la fiscalía ha emprendido un camino paralelo, en la exploración de la contabilidad de los aportes recibidos por los partidos. Quizás en algún momento los dos caminos se encuentren, aunque es poco probable que los importantes donativos de Odebrecht hayan sido registrados.

    Todo esto sugiere que hay caso Odebrecht para rato. No se puede descartar nuevas prisiones preventivas, aunque el clima ha cambiado, y a pesar de la crisis el poder político ha recuperado terreno frente al Poder Judicial. Quizás también por este lado descubriremos nuevos significados de la palabra reconciliación.
    http://larepublica.pe/politica/1164674-es-una-bomba-mas-o-menos

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    El pacto Barbadillo-Choquehuanca
    Alberto Vergara
    “Del hombre público enriquecido […] merced a las dádivas de un gordo traficante, se dice: ¡Buena cabeza para los negocios! Del político sanguinario como Nerón y cobarde como una liebre: ¡Carácter muy enérgico!”.
    Manuel González Prada (1904)

    Pedro Pablo Kuczynski encarna un grupo social que no es educado para ser ciudadano de la República del Perú, sino dueño del Perú. Y, por tanto, no cumple sus funciones públicas como un ministro de Estado, premier o presidente de la República. Nada de eso. Él procede como patrón de estos pagos. Paradójicamente, no es el español sino el inglés que PPK utiliza con sus ministros e interlocutores el idioma que posee la palabra precisa para describir cómo se siente: entitled. Significa algo así como sentirse con el derecho –con el título, los fueros, la prerrogativa– de merecer una posición política y legal por encima del resto. No hay traducción precisa al español, pero al peruano yo aventuro la siguiente: una concha histórica.
    Este fin de año crítico la ha hecho visible con una intensidad que los días normales ocultan. Hemos sido testigos de este presidente que considera que a él la ley no le atañe. Ni para sus negocios ni para tomar decisiones políticas.

    Cuando se establezca con claridad una línea del tiempo que combina los contratos de Westfield Capital y First Capital con Odebrecht y con las entradas y salidas de PPK de la función pública podrá determinarse si carga o no con responsabilidad penal. Pero esa es labor de fiscales y jueces. A los ciudadanos, en cambio, nos queda claro que el presidente ha hecho carrera ruleteando entre sus compañías y el Estado. Y que si la línea del tiempo jurídica lo absuelve es porque su coartada fue entrar y salir del Estado siempre con ojo atento al código penal. También ha sido coartada no firmar documentos sensibles: los contratos con Odebrecht los firmaba Sepúlveda y cuando era ministro de Economía y hubo que librar de controles a la Interoceánica por la cual Toledo habría cobrado 20 millones de dólares, PPK se ausentó y estampó su firma un ministro interino. El presidente es, indudablemente, un experto en alianzas público-privadas.
    Lamentablemente, un antifujimorismo vehemente y ciego llevó a congresistas y a parte de la opinión publica a exculpar a un presidente en el cual no había manera de confiar. En nombre del “debido proceso” lo salvaron.

    ¿Pero qué sabe la izquierda peruana de debido proceso? Incapaces de denunciar el régimen cruel venezolano, ¿cómo podrían tener alguna consideración por el debido proceso? ¿Y no comparte la misma deshonestidad intelectual quien dice que no sabía lo que realizaba Sepúlveda con quien afirma que ignoraba cómo se financió la campaña de la revocación?

    PPK se mantuvo en la presidencia, entonces, en nombre del Estado de derecho. Para festejarlo lo apuñaló. No podía hacer otra cosa. Porque más que la perorata republicana, lo salvaron diez votos antirrepublicanos. La facción política más próxima a un ex dictador: Kenji y sus Tesos (¡oye!, te hablo desde la prisión…).

    Cabía plantear una discusión nacional sobre el indulto. Pero se decidió perpetrarlo desde el entitlement. Soy banquero y hago lo que quiero. Curioso indulto humanitario donde el discurso del presidente no se centra en las enfermedades del reo por liberar sino en sus virtudes políticas. Y debido a ellas, decidió que 12 años de encierro ya era bastante. ¿Que las leyes y sentencias de la República indican otra cosa? Habrase visto, indio alzado. Aquí en San Isidro eso que la Corte Suprema califica como asesinatos y robos, le llamamos excesos y errores.

    Más grave que indultar a Fujimori es la felonía de tergiversar el contenido de una sentencia histórica. Por si fuera poco, el patrón nos conminó a voltear la página. Y yo lo hallo normal: para él y su gente el Perú es, en lo fundamental, un territorio del cual extraer riquezas, al cual engordarle el PBI: ¿quién necesita que esa entidad construya una historia? Pasa la página nomás, cholito. Las leyes y la memoria de la República son triviales para el inversionista presidente.

    (Por cierto, el presidente será un anfitrión de lujo para la Cumbre de las Américas a desarrollarse en Lima en abril próximo bajo el tema Gobernanza Democrática contra la Corrupción).

    Volvamos al pacto Barbadillo-Choquehuanca y la turbulencia de los últimos días. ¿De qué está hecho este subibaja de acomodos y reacomodos en la política nacional? Cortoplacismo y supervivencia son el agua y el oxígeno del ecosistema político. Todo el elenco relevante de nuestra política tiene un interés esencial: no acabar como Ollanta Humala. Nuestros partidos no tienen líderes, tienen cabecillas. Por eso se puede afirmar todo y su contrario.

    Como enseñó George Orwell, la utilización del lenguaje es un prisma fundamental para identificar a las tiranías. En ellas las palabras y los argumentos son una farsa. Igual entre nosotros. Imaginen ustedes que se descubriera que mientras Alan García era presidente, una empresa suya hizo negocios con Odebrecht teniendo como apoderado a su mejor amigo. ¿Alguien del antifujiaprismo hubiera reclamado debido proceso para García? ¿Y alguien duda de que Mauricio Mulder hubiera argumentado que Alan ignoraba lo que hacía su gerente? Cuando el debate público está dominado por el terror a una celda, no hay argumentos ni principios que valgan. La raíz es la misma que Víctor Andrés Belaunde identificó en “La crisis presente” (1914): el desquiciamiento moral.

    Saber que el objetivo principal de la política peruana consiste en salvar tu pellejo es importante para no atribuirle características ridículas. El indulto a Fujimori no es un gran pacto de gobernabilidad ni democrático, no refleja la reciprocidad andina, ni es llave a la pluralidad del Legislativo, etc… No ennoblezcan conceptualmente a un vulgar canje entre dos individuos buscando evitar la cárcel. Ni ensucien características ideológicas al utilizarlas para los jugadores de este sálvese quien pueda. Agrede leer que Kenji sería un liberal modernizador. Tampoco existe un pueblo fujimorista y otro antifujimorista. Respiremos fuera de Twitter; dosifiquemos la hipérbole. Que no se narre el Mundialito del Porvenir con el vocabulario de la Premier League.

    No me extraña que muchos perciban el arreglo entre PPK y Fujimori como el inicio de una era dorada. Nuestro Pacto de la Moncloa lumpen. Piensan (quizás correctamente) que ya regresan los años maravillosos cuando mandaba la alianza entre pitucos entitled y el fujimorismo; una alianza que Keiko y su chusma quebró. Tal vez el patriarca, con ternura o a cocachos, amista a Kenji y a Keiko –los Pimpinela de nuestra política– y vuelve el fujimorismo de siempre; reemerge la coalición histórica cuya agenda consiste en negocios para los de arriba y pan y circo para los de abajo. Ese es el verdadero anhelo de reconciliación. Esta noche se descorchan las mejores botellas en Playa Blanca. Mañana puede amanecer un precioso día de los noventa. Ya se advierte en el horizonte el destino luminoso de un país que crece a 4% y sin Estado de derecho.

    A las afueras de las ciudadelas veraniegas el ambiente es otro. Digamos que Maimónides habría vendido como pan caliente su “Guía para perplejos”. Ya no se confía en nadie. Hemos visto que cada espalda convoca a su puñal y todo valor enrumba a su casa de empeño. Sabemos que a los signatarios del pacto Barbadillo-Choquehuanca el país les da igual. No hay en él ni en la política o políticos que lo rodean, ninguna discusión sobre el futuro del país. Estaría bien insultarnos si PPK y Alberto Fujimori representasen formas de encarar los años venideros. Pero nada de esto aparece en sus intereses. Encarnan un sistema en hilachas. No empujan ninguna agenda, transformación, convicción. Nada. ¿En qué parte del mundo ha surgido algo bueno y renovador de un pacto entre dos abuelos vivazos y acabados intentando salvar su pellejo? Desde la ciudadanía solo podemos constatar que viajamos a la deriva en manos de dos abuelos de la nada.
    https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/ppk-fujimori-barbadillo-choquehuanca-alberto-vergara-noticia-485396


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    Nos fuimos todos
    Carlos Meléndez
    El destape de los casos de corrupción a partir de la operación Lava Jato ha comprometido a casi toda la clase política peruana, sin discriminar su sello ideológico. Si a ello añadimos la crisis presidencial y el indulto a Alberto Fujimori, existen razones para una masiva movilización social en contra del establishment político que ponga en duda su continuidad. Algunos expertos vaticinan la reproducción local del “Que se vayan todos”, una ola de protestas sociales espontáneas que enciendan la pradera cuando la indignación colme la paciencia ciudadana. En el Perú, empero, la indiferencia que consume cualquier expectativa de rebeldía nacional pareciera una fase superior de la desafección. No pedimos que los políticos se vayan, porque los ciudadanos decidimos –hace rato– irnos de la política. Nos fuimos todos.
    El Perú fue un pionero en el mundo en vivir el colapso de su establishment político. Alberto Fujimori surgió en el verano de 1990 como ‘outsider’ por la decepción granjeada por la “partidocracia” tradicional, de izquierda y de derecha, ante la crisis generalizada de la década de 1980. Con su administración (1990-2000) también se inicia una serie de engaños a los mandatos populares. Fujimori se erigió como alternativa a las políticas de ajuste y las terminó ejecutando. Ollanta Humala (2011-2016) prometió la “gran transformación” del modelo económico y no le cambió ni un pelo. Kuczynski (2016-¿?), afortunado por el favor del voto antifujimorista, ha terminado estafando a sus electores al trocar su permanencia en el sillón presidencial por un indulto más que cuestionado. No juzgo si las decisiones de estos mandatarios fueron correctas o no, señalo la traición sistemática a las promesas de campaña.
    La ‘traición a la peruana’ ha depreciado el valor de verdad de la palabra de los políticos. No hay decepción donde la fe se ha perdido. Por ello, hoy reina la indolencia, la desafección sin bronca. Por si fuera poco, existen factores estructurales que refuerzan la apatía. En una sociedad altamente informalizada, donde el ciudadano ha dejado de tener al Estado como referente y garante de su vida, la política ha perdido su sentido. Para colmo, quienes aún se sienten con responsabilidad de participar en los asuntos públicos reposan en vínculos políticos negativos. Los “antis” no forman parte de partidos, sino de movimientos sociales obsesionados con determinados rechazos. Quienes integran algún proyecto político son, en la práctica, una minoría. Nos queda el odio en algunos y la indiferencia en las mayorías.

    La sociedad peruana es mayoritariamente impasible, con ciertos sectores como “antis” politizados y movilizados, y con partidarios (básicamente fujimoristas) como especie en extinción. Esta fórmula, que criollamente denominamos “calma chicha”, es paradójicamente la principal esperanza de estabilidad para los sobrevivientes ppkausas. Pero una sociedad donde la política se ha desvanecido (o solo se activa en base a animadversiones), simplemente ha fracasado como colectivo. Este es el legado que nos dejará Kuczynski, con independencia de cuánto dure su mandato.
    https://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/ppk-antifujimorismo-carlos-melendez-noticia-485268


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    De laberinto en laberinto
    Carmen McEvoy
    ¿Cómo definir la sucesión de intensos días que hemos vivido? ¿Qué imagen podría capturar la sensación de estupor, rabia, sorpresa o cansancio que nos embargó en los previos a una Navidad absolutamente surreal? Pienso en palabras y frases como laberinto, callejón sin salida, nudo gordiano para aproximarme a un escenario regido por la contingencia. Uno en donde todos los implicados –en esa suerte de teatro de lo absurdo que fue la vacancia y el indulto presidencial– extraviaron sus libretos para luego ser absorbidos por las fuerzas que ellos mismos desencadenaron y no lograron controlar.

    En medio de esta monumental trifulca, en la cual múltiples eventos coinciden posibilitando el increíble ‘rendezvous’ entre Edmund Burke y Condorito, vino a mi memoria un episodio de una de mis series favoritas de cuando era niña. Se trata de ese de “La dimensión desconocida” en el que una pareja de esposos se pasa de copas y termina en un tren que da vueltas en el mismo lugar, una y otra vez. La escena en la que ambos descubren horrorizados la trampa en la que se encuentran metidos es seguida por otra que me quedó grabada. Un niño, tal vez habitante de otra galaxia, juega con el tren del cual la pareja inútilmente trata de escapar. Una fuerza superior a ellos no solo los controla sino que los hace girar a su absoluta merced.
    “La historia me juzgará”, nos dijo el presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando horneábamos el pavo para celebrar la noche en que Jesús vino al mundo. El regalo inesperado para millones de peruanos estupefactos fue el del indulto a un ex presidente culpable de delitos bastante conocidos. Es por ello que más que la frase utilizada por Kuczynski que se queda en el cliché, propongo esta de James Joyce: “La historia es una pesadilla de la que estamos intentando despertar”.

    Es irónico que en la noche de un parto emblemático regrese el personaje que despierta el odio más profundo o la lealtad más absoluta, quebrando al Perú en dos facciones antagónicas e irreconciliables. El laberinto por el cual hemos venido transitando por 25 años –sembrado de bombas senderistas, corrupción institucionalizada, presidentes presos o fugados– parece terminar donde empezó. El escalamiento de una guerra política cuyo final nadie esperó muestra que, como los pasajeros del tren de “La dimensión desconocida”, seguimos dando vueltas y vueltas sin agencia alguna por controlar nuestro destino, que siempre conduce a un pasado que, por irresuelto, regresa para atormentarnos.

    “Hemos perdido una batalla pero no la guerra”, declaró el ‘comandante’ Becerril luego de la estrepitosa derrota de su facción congresal. Ello evidenció que la cultura que nos rige es la que este señor declara a voz en cuello. Y es que la guerra –nuestra marca de fábrica– lleva inevitablemente a la confusión e incertidumbre que vivimos cotidianamente, incluso sin tregua navideña para abrir en paz los regalos.

    En “La guerra maldita”, el libro que edité teniendo como sustento medio millar de cartas escritas por Domingo Nieto, aparecen muchos personajes confundidos en la “niebla de la guerra”. Algunos de ellos arrepentidos de lo que hicieron porque ello los llevó al objetivo opuesto que perseguían. El mismo Nieto no entiende cómo la guerra que empezó por una sucesión presidencial culminó en un conflicto trinacional en el que ya nadie recordaba ni su bando ni la razón por la cual peleaba.

    ¿Será posible sacar alguna lección de esta última batalla por el poder que, como tantas otras, amenaza el bienestar de millones de peruanos atrapados en el fuego cruzado de las facciones en pugna? ¿Será posible construir una sociedad de posguerra e imaginar una tregua bicentenaria que nos lleve a un mundo más calmado y previsible, donde los jóvenes puedan soñar en grande en lugar de marchar por las calles para resolver un pasado del cual no son responsables?
    Juan de la Puente señala que el lado oscuro regresó al Perú y yo creo, en cambio, que nunca se fue. Porque hay que lidiar cara a cara con la dictadura y su legado ambivalente, preguntándole al ex presidente indultado por qué renunció por fax y cuándo pagará la reparación que nos adeuda. Pero también conversar con una izquierda que demoró en entender que la democracia es la única alternativa que tenemos como sociedad. Porque algo muy extraño debe estar ocurriendo para que el ex cura Marco Arana, quien abrió la caja de truenos, trate ahora de convencernos de que, con Fujimori libre y la sociedad peruana crispada y dividida, él es el abanderado de la moralidad y el salvador del Perú.
    ¿De las puertas giratorias, qué puedo decir? Que tendrán que dejar de girar, sí o sí, porque hipotecan el destino de millones de compatriotas que aún esperan por los servicios básicos, además de oportunidades para una vida mejor.

    De esta Babel decembrina, que nos tuvo suspendidos en el tiempo, quedan dos palabras que ahora andan circulando y sobre las cuales sería bueno reflexionar detenidamente como sociedad: reconciliación y perdón. Nos han pedido perdón no con la fuerza y el verdadero respeto que merecemos pero el acto ha ocurrido, dos veces, y debe reconocerse. El perdón significa, sin embargo, reconocimiento de la falta y esta –no voy a entrar en detalles– fue gravísima porque nos quebró y nos sigue quebrando como nación y todavía no logramos recuperarnos de ello.

    Sobre la reconciliación, ella no es un acto impuesto unilateralmente sino una conversación que debe fluir y respetar los tiempos y el dolor que cada uno lleva a cuestas. Fue una guerra larga y sangrienta que luego trocó en un enfrentamiento brutal que espero haya llegado a su fin o al menos al inicio del final. Por el bien de millones de peruanos que merecemos vivir en paz pero con justicia e igualdad de oportunidades. Que de este faccionalismo perverso donde los intereses personales se anteponen al bien común surja finalmente la república y que cada uno empiece a fortalecerla desde el espacio que le compete.
    https://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/fujimori-ppk-laberinto-laberinto-carmen-mcevoy-noticia-485270
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    Otro año, otra galaxia
    Richard Webb
    En pocas horas, con un clic del reloj, nos deslizaremos desde el 2017 al 2018. No obstante las intenciones de cambio, es probable que sigamos siendo la raza humana de siempre. Pero lo que sí cambiará es el lugar donde vivimos, porque esta vez el clic de medianoche nos transportará a otra galaxia, un mundo que funciona con otras leyes de la física.

    Una diferencia será el volumen del sonido. Por algún motivo, allí todo se grita. Felizmente, ya estamos practicando para adaptarnos a las alturas sónicas del nuevo mundo, con la ayuda de la omnipresente televisión, el torrente de la calle y, en los cines, los tráileres de películas cuidadosamente escogidos por su capacidad para destruir tímpanos. Destaca el patriotismo de los presentadores, que sacrifican sus laringes informándonos en la radio y la televisión.
    Una segunda novedad del otro planeta será la crecida velocidad de todo. Por suerte, esa peculiaridad también podemos atisbarla en nuestro viejo planeta, notablemente en la multiplicada rapidez con que hoy se mueven las personas y las mercaderías. Hoy, casi todo ciudadano peruano ha sido empoderado mediante la conexión con el mundo entero a través del celular e Internet. La aceleración informática ha llegado a tal punto que hoy la mitad de lo que publican los medios noticiosos son “hechos” que, nos dicen, se darán en el futuro.
    También empezamos a practicar una nueva velocidad en la democracia. Usando encuestas, paros y marchas le ponemos un ‘like’ o un ‘dislike’ cada día a cada acto y cada persona de la función pública, y el concepto de funcionarios elegidos por períodos de varios años empieza a quedar obsoleto. Pero esa velocidad democrática será vastamente mayor en el nuevo planeta donde, por ejemplo, los pasajeros de un avión podrán vacar al piloto en pleno vuelo. Ojo que la velocidad en cualquier tipo de gestión tiene sus complicaciones. En el caso del tráfico vehicular, por ejemplo, subir la velocidad de 65 a 75 kilómetros por hora aumenta el riesgo de accidentes 400%, un mayor riesgo que equivale a exceder el límite de alcohol en la sangre en más de 100%.

    El cambio más sorprendente que traerá el nuevo planeta se refiere a la escasez. Ya se atisba el fin de la escasez más grave, la de los alimentos. En el mundo, un tercio de los alimentos se pierden camino a la mesa, y otro tercio es para comer por comer, no para subsistir. En el mundo hay dos obesos por cada desnutrido. Además, lo que se gasta en comida chatarra es más que suficiente para cubrir cualquier falta de alimento sano. En cuanto al resto del consumo, ciertamente no se acabará el apetito por los zapatos nuevos, aparatos nuevos y autos nuevos, pero hablar de esos lujos es salir del mundo de la verdadera escasez. En todo caso, lo que queda de escasez física desaparecerá con el clic de medianoche. Más que escasez, los problemas mayores en el nuevo mundo serán la distribución de la riqueza y qué hacer con la basura.

    La mejor preparación para el viaje que empieza esta noche, sugiero, sería ver la película “Star Trek”.

    https://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/ano-nuevo-galaxia-richard-webb-noticia-485395

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