La decisión tomada por el Banco Central de China, de
devaluar el yuan en casi 2 por ciento respecto al dólar estadounidense provocó
este martes la caída de las principales plazas bursátiles
europeas.
La Bolsa de Londres bajo 1.6, la de Francfort 2.68, la de
París 1.86, el Ibex de Madrid 1.41 y la de Milán 1.12
Otro efecto ha sido
que las monedas de Corea del
Sur, Australia y Singapur hayan registrado un descenso de al menos un uno por
ciento.
Otro afectado fue el precio del petróleo, que cayó al
finalizar los intercambios europeos. El
barril de crudo Brent del mar del Norte, hacia las 16H00 GMT cotizaba a 48.86
dólares en el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, lo que equivale a una
baja de 1.55 de la divisa estadounidense respecto al cierre del lunes. Por otro lado
en el New York Mercantile
Exchange (Nymex), el barril del referente estadounidense, el “light sweet
crude” (WTI), también para entrega en setiembre, perdía 1.83 dólares, a 43.11
dólares.
La devaluación del yuan es la mayor en dos décadas y ha consistido en la
reducción de su tasa de referencia diaria en un 1,9 por
ciento provocando su mayor caída del
yuan, en un día, desde 1994.
Lo que se busca con
esta devaluación es -se dice- hacer un
tipo de cambio controlado por el Estado, que esté más orientado al mercado, de modo que a
partir de ahora, al momento de establecer el punto central diario para las
operaciones bursátiles se tendrá en cuenta el suministro, la demanda y el tipo
de cambio del día anterior.
Pero lo que en
realidad quiere China con esta medida – que no va a gustar nada a
sus descolocados socios comerciales- es hacer más competitivas las
exportaciones chinas. Y si bien es cierto que la devaluación es mínima también
lo es –dicen algunos analistas- la disposición devaluatoria contiene nuevas
próximas devaluaciones.
GRECIA Y ACREEDORES ACUERDAN NUEVO RESCATE
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