Mientras en unas
regiones del planeta las autoridades económicas se preocupan de que la
inflación se les dispare, en otras sucede lo contrario, caso Estados Unidos y Europa, donde, al parecer, la baja
inflación perjudica el dinamismo económico.
Por ejemplo, la tasa de inflación
de la zona euro de 19 países, actualmente que es de 0.1%, caerá aún más
respecto de su meta de poco menos de 2% en medio de un alto grado de debilidad
económica y de la caída de los precios del petróleo.
El
presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi , dice que hará todo lo necesario
para elevar la inflación lo más rápido posible y afirma que no pasará
por alto el hecho de que la inflación
está baja desde hace un tiempo.
Menciona la agencia Bloomberg que las autoridades están
evaluando la necesidad de ampliar el programa de flexibilización cuantitativa
de 1,1 billón de euros (US$ 1.2 billón) que se inició en marzo o de tomar
medidas como llevar la tasa para depósitos aún más abajo de cero. Otro dato
importante es que el rendimiento de los bonos alemanes a dos años
cayó a un mínimo récord de menos 0.389% y el euro sufrió una baja. La moneda
única descendió 0.4%, a US$ 1,0695.
Se esperan nuevos
anuncios de estímulos. Pero si bien
Draghi y el miembro del Comité Ejecutivo Peter Praet, economista jefe de la
institución, han indicado que habrá más flexibilización, esta postura tiene sus detractores. Y allí están
gobernadores como Ardo Hansson de Estonia, Bostjan Jazbec de
Eslovenia y Jens Weidmann de Alemania, que
no ven la necesidad de flexibilizar más la política en este momento.
Jens Weidmann
dice que no ve motivos ni para hablar
mal de las perspectivas económicas y ni para pintar panoramas sombríos, y que
la caída de los precios del petróleo
es un estímulo y no necesariamente un presagio de deflación.
Pero Praet
retruca y agrega: No tomar medidas en
circunstancias de una inflación tan baja pone en peligro la credibilidad del
BCE. La caída de los precios del
petróleo es cada vez más una señal de debilitamiento de la demanda.