Alguna vez el Henri
Pease dijo que la Constitución no dice
lo que somos sino adonde queremos ir. Es decir, mucho de lo que allí se dice no
se cumple, pero por lo menos hay una posibilidad de tratar de que se cumpla.
Hay una esperanza. Esto viene a colación del artículo de Javier Barreda, en el diario Exitosa, de lo que él llama utopía
laboral, en la cual muchos trabajadores aspiran a un trabajo estable y a un
sindicalismo fuerte que proteja sus derechos que actualmente ni siquiera poseen porque precisamente carecen de un tipo de un empleo formal. Pero la aspiración
yace allí, futura e incólume.