miércoles, 15 de julio de 2015

"CONFESIONES" DEL EX MINISTRO GRIEGO VARUFAKIS



  «Mi punto de vista era -y así se lo propuse al gobierno- que si se atrevían a cerrar nuestros bancos, lo que yo consideraba un movimiento agresivo de una increíble potencia, deberíamos responder agresivamente pero sin cruzar un punto de no retorno ».
  «Deberíamos haber puesto en circulación nuestros propios IOUs (pagarés), o al menos anunciar que íbamos a crear nuestra propia liquidez denominada en euros; deberíamos haber recortado el valor nominal de los bonos de Grecia de 2012, y deberíamos haber tomado el control del Banco de Grecia. Este era el tríptico, las tres cosas, con las que pensaba que deberíamos responder si el BCE cerraba nuestros bancos ».
  «Estaba advirtiendo al gabinete de que esto iba a ocurrir [que el BCE cerrara los bancos] durante un mes con el objetivo de arrastrarnos en un acuerdo humillante. Cuanto esto ocurrió -y muchos de mis colegas no podían creer que estuviera ocurriendo- mi recomendación para responder enérgicamente, vamos a llamarlo así, perdió en la votación ».
  «Una vez que esto ocurrió, acaté las órdenes para cerrar los bancos de forma consensuada con el BCE y el Banco de Grecia, algo de lo que yo estaba en contra, pero que hice porque soy un jugador de equipo, creo en la responsabilidad colectiva ».
  «Entonces el referéndum ocurrió y el referéndum nos dio un respaldo impresionante, lo que hubiera permitido justificar este tipo de repuesta enérgica contra el BCE, pero esa misma noche el gobierno decidió que el deseo de la gente, ese rotundo 'no', no debería ser lo que motivara el enfoque enérgico ».
 «Entré eufórico en la oficina del primer ministro. Estaba viajando en una bonita nube empujada por hermosos vientos de entusiasmo público por la victoria de la democracia griega en el referéndum. En el momento en el que entré en la oficina ministerial, sentí inmediatamente un sentimiento de resignación, una atmósfera cargada negativamente. Me choqué con un aire de derrota, que era completamente opuesto con lo que estaba pasando fuera ».
 «En ese momento tuve que decirle al primer ministro: 'Si quieres usar el zumbido de la democracia que hay fuera de este edificio, puedes contar conmigo. Pero si por otro lado sientes que no puedes gestionar este majestuoso 'no' frente una proposición irracional de nuestros socios europeos, simplemente me voy a ir esta noche ».
  «No estoy seguro de que hubiéramos podido controlarlo (el Grexit) porque controlar el colapso de la unión montearia tiene mucho que ver con la experiencia, y no estoy seguro de que tengamos de eso en Grecia sin la ayuda del exterior ».
  «Teníamos un pequeño grupo, un 'gabinete de guerra' con el ministro, de alrededor de cinco personas que estaban haciendo esto (el Grexit): así que trabajábamos en teoría, sobre el papel, pensando todo lo que tenía que hacerse. Pero era una cosa a un nivel de 4-5 personas, preparar el país para esto es otra cosa. Para preparar el país tiene que tomarse una decisión ejecutiva y esa decisión nunca se tomó ».
  «Ellos  (el eurogrupo) insistían en un 'acuerdo coherente', que significaba que querían hablar de todo. Mi interpretación es que cuando quieres hablar de todo, no quieres hablar de nada. Pero aceptamos ir con esto ».
   «Schäuble era coherente con su pensamiento. Su punto de vista era: 'No voy a discutir el programa, esto fue aceptado por el Gobierno anterior y no podemos permitir que unas elecciones lo cambien. Porque tenemos elecciones todo el tiempo, hay 19 de nosotros, si cada vez que hay elecciones y algo cambia, los contratos entre nosotros dejan de significar algo ».

«Bueno (respondió)  quizá simplemente  es que los países endeudados no deberían tener más elecciones. Y no encontré respuesta. La única interpretación que puedo dar de esto es: 'Sí, esa sería una buena idea, pero sería difícil hacerlo. Así que o firmas en la línea de puntos o estás fuera ».