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 Fujimorato, copia   nueva César Lévano La represión   brutal y ciega contra la marcha antifujimorista del miércoles –marcha en gran   parte formada por muy jóvenes– revela el nuevo rostro gubernamental. Los   métodos del dictador han quedado sueltos en plaza. Esa es la   inconstitucionalidad instaurada gracias al acuerdo de no vacancia   presidencial. 
 Los sectores   progresistas, democráticos y de izquierda deberían tomar en cuenta este giro   histórico: el fujimorismo ha vuelto al poder, en alianza con el presidente   Pedro Pablo Kuczynski. El sector político que no votó por la vacancia ni ha   expresado por qué lo hizo, por qué se abstuvo de votar contra PPK. 
 Ayer, se   publicaron los resultados de una encuesta nacional urbano rural de El   Comercio e IPSOS. Se ve ahí que el 56 por ciento aprueba el indulto a Alberto   Fujimori, mientras 40 por ciento lo desaprueba. 
 Sin embargo,   cuando se pregunta por qué PPK resolvió como lo hizo, el 63 por ciento   responde: “Porque negoció con Kenji Fujimori los votos que lo salvaron de ser   vacado”. Asoma ahí la intuición de la alianza de la reconciliación   reaccionaria que se ha instalado en Palacio. 
 Ayer también se   publicaron las actas procesadas por IDL de la declaración de Marcelo   Odebrecht ante fiscales peruanos. He aquí dos fragmentos que son   concluyentes: 
 ¿Cómo se daba esa   ayuda normalmente? 
 Yo no lo puedo   decir. Con seguridad, siempre había varios medios para hacer eso. En algunos   casos pudo ser de manera oficial, en otros casos a través de una empresa   local. Se puede hacer por ‘caja 2’, con pagos no contabilizados. No puedo   precisar cómo fue en cada caso. Eso con certeza lo puede decir Barata. No   puedo precisar si ese pago envolvió o no algún un tipo de tratativa, si hubo   una contrapartida general, si fue un abre puertas, si hubo una contrapartida   específica, si fue una donación espontánea. Eso, en el caso de Alan García,   la persona que conoce, que tenía una relación con Alan García era Barata. En   el caso de Alan García, con toda certeza, él lo va a poder decir. Porque esa   era una relación que era de Barata. Él tenía esa relación. 
 ¿Se determinó la   entrega de dinero para los presidentes de Perú? 
 Yo no determiné   nada. Pero tengo la certeza de que apoyamos a todos los presidentes,   expresidentes y candidatos de oposición. Tengo la certeza de eso. Barata   podrá dar detalles. http://diariouno.pe/columna/fujimorato-copia-nueva/ 
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 PPK, pésimo en   política, mal en Economía Alan Fairlie   Reinoso A dieciocho meses   del gobierno, su gestión económica es decepcionante. Si bien hubo factores   exógenos negativos (caída de los precios internacionales, Niño Costero, Lava   Jato), se cometieron graves errores de política macroeconómica. 
 Coyuntura y   estructura Había una   tendencia recesiva, pero el nuevo gobierno inició su gestión económica con   una política macroeconómica restrictiva. 
 En el plano   fiscal, se dio un sobreajuste cuando se requería lo contrario (teniendo   recursos para hacerlo), mientras la política monetaria no redujo la tasa de   interés para reactivar la economía. 
 Se buscó mantener   las metas fiscales y de inflación a como dé lugar, para no aumentar el riesgo   país y el costo del endeudamiento externo, que se incrementó sustancialmente   en este gobierno. Aumentó el déficit en cuenta corriente, se frenó el   crecimiento de la economía y de los empleos, en la medida que la inversión   pública no contribuyó a un impulso de la inversión privada que tenía tasas   negativas en los dos años previos. 
 En el plano más   estructural, se abandonó el tímido esfuerzo de diversificación productiva que   el anterior gobierno había impulsado, no se impulsaron medidas para fomentar   la competitividad y el aumento de la productividad. Todo se apostó al   “destrabe” de grandes proyectos de inversión pendientes, y algunas medidas   tributarias que buscaban formalizar la economía, pero que no tuvieron   resultados. No se dio un aumento a la inversión en ciencia, tecnología e   innovación, tampoco se impulsó la regionalización, más allá de encuentros con   gobiernos regionales y locales que no se reflejaron en un mayor presupuesto,   autonomía y atribuciones para el interior del país. 
 El gobierno optó   por la profundización del modelo en curso, implementando el programa que   ofreció en la primera vuelta de las elecciones. Dejó de lado las promesas   hechas a distintos actores económicos, sociales y de trabajadores en la   segunda vuelta, ya que se flexibilizaron estándares laborales y ambientales y   se continuó privilegiando al capital extranjero y nacional, principalmente   concentrado en el sector primario. 
 Con la   recuperación de los precios de las materias primas, nuevamente un factor   externo permite una relativa recuperación de la economía nacional. 
 Pero, no se puede   afirmar que ya estamos en plena reactivación. Según Oscar Dancourt, el PBI no   primario, que representa más del 80% del PBI, continua obteniendo tasas de   crecimiento bajas, llegando a los últimos cuatro trimestres a niveles   inferiores a los alcanzando a principios del año 2000. Por otro lado, en   cuanto a la generación de empleo urbano en empresas de más de 10 trabajadores   sigue mostrando caídas en julio, agosto, setiembre y octubre del presente año   (Entrevista en Perspectivas. www. alanfairliereinoso.pe, del 04.12.2017). 
 PBI Gasto 2017 -   2018 
 RECURSOS   TRIBUTARIOS Los recursos   tributarios continúan cayendo y se mantienen las altas perforaciones   tributarias, desde las exoneraciones hasta la elusión y evasión tributaria,   pasando por las iniciativas legislativas del Congreso de la República. Esta   situación se volverá más crítica desde el 2019, cuando el impulso fiscal se   reduzca ante exigencias de déficit menores. 
 La solicitud de   facultades legislativas extraordinarias, se orientan nuevamente a la   profundización del modelo en curso, ya que buscan promover la inversión   minera, afectar los costos previsionales, impulsar nuevamente la   flexibilización laboral, y la privatización del Estado y las políticas   públicas. Luego del indulto posiblemente no solo tengan luz verde, sino apoyo   en su implementación. 
 CORRUPCIÓN Y   POLÍTICA ECONÓMICA La corrupción   destapada desde principios de año, viene afectando e impactará críticamente   no sólo a la esfera política, sino también a la esfera económica. 
 Algunos analistas   estiman en 1% del PBI el impacto probable del retiro del mercado de las   empresas consorciadas y de la parálisis de las obras de la empresa Odebrecht   (La República, 10.12.2017). Pero en la esfera política, lo grave es que la   pérdida progresiva de legitimidad de los principales líderes políticos   involucrados, funcionarios e incluso autoridades del propio gobierno, puede   llevar a una pérdida en la credibilidad en las políticas públicas,   desincentivando las expectativas de inversión en el sector privado,   paralizando la economía. Máxime si se ha involucrado al propio presidente,   que puede ser vacado o renunciado.(si se suma además la crisis por el   indulto). 
 El modelo de   liberalización y apertura implementado en América Latina, tuvo en el Perú un   caso extremo. Se fue profundizando en los últimos gobiernos, a pesar de que   prometieron en elecciones su reforma o cambio. Se acompañó de una creciente   desregulación y privatización del Estado, buscando “promover” la inversión   privada. Lamentablemente, esto favoreció prácticas corruptas que se dieron a   niveles insospechados. La captura del Estado por poderes económicos y   fácticos, hizo que se continuara con políticas que habían sido cuestionadas   en las urnas, lo que ha llevado a crecientes conflictos laborales,   socio-ambientales y regionales.La crisis política actual refleja ese problema   estructural. Se necesita superarlo, para llegar al Bicentenario, lo que   implica una salida democrática a la crisis actual, con PPK fuera del   gobierno. http://diariouno.pe/columna/ppk-pesimo-en-politica-mal-en-economia/ 
 
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 El pavo mentiroso Eduardo González   Viaña 1)  La primera desgracia que el indulto le trae   al Perú es otra deuda. La defensa de Fujimori está pidiendo la nulidad del   proceso en virtud del cual el dictador ha estado en la cárcel. 
 Si lo consiguen,   pedirán una reparación civil que obligará al Estado a pagar una cuantiosa   indemnización por los 12 años que “injustamente” el terrorista japonés ha   penado en la DIROES. 
 Vale decir que no   solo va a eludir el pago de sus cuantiosos robos sino que además terminaremos   debiéndole. 
 2)  La segunda consecuencia es un desprestigio   generalizado de nuestro país. El Perú ha sido portada de diversos medios   internacionales, y no para bien. La prensa extranjera resalta el hecho de que   el presidente peruano se salvara de una vacancia, y todo conduce a la   conclusión de que hubo un inmoral intercambio de favores. 
 Se señala que en   vista de que está probado el pago millonario de Odebrecht a la empresa de   Kuczynski, el indulto ha provenido de un acuerdo entre maleantes. 
 3)   El endurecimiento de las leyes contra la   corrupción acordado en Alemania contó, al parecer, con la experiencia peruana   como un episodio inaceptable, propio tan solo de países gobernados por   bufones y corruptos. 
 4)   El indulto otorgado por el presidente   peruano ha puesto en duda la próxima visita del Papa a nuestro país. Fuentes   bien informadas señalaban que Francisco se había sentido ofendido por esta   jugada en la que pareciera que se le está usando. 
 El disgusto del   pontífice había comenzado cuando el mandatario peruano lo visitara hace poco   con el propósito claro de solicitarle su apoyo para la liberación de   Fujimori, algo que ya estaba planeando y que reiteradamente negaba. 
 Kuczynski, que se   ha pasado la vida operando lobbies de moralidad dudosa,  no parece ser un buen lector pues ignora   que tanto la teología de la liberación como las encíclicas de los últimos   papas son llamados progresistas que condenan al capitalismo como un   “excremento del demonio”. El presidente peruano se chocó con roca pues   suponía que su encuentro con Francisco iba a ser un intercambio de   estampitas. 
 5)   En el Perú,  muy pocos o casi nadie cree en los   pronunciamientos del presidente y la mayoría habría deseado su vacancia.   Muchos se han sentido decepcionados por el comportamiento de los congresistas   que se retiraron del hemiciclo y le evitaron el castigo moral que merecía y   merece. 
 6)   El país es sacudido por marchas como las   ha habido muy pocas veces en la historia. 
 Se exige la   nulidad el indulto, y esto es posible. Tiene antecedentes muy cercanos como   en el 2009, cuando Alan García se lo otorgó al empresario mafioso José   Enrique Crousillat López. Tres meses después esa medida fue revocada. 
 7) En las marchas,   hay una inmensa presencia juvenil. 
 La lucha se ha   convertido en una cruzada moral en la que todos están convencidos de que los   gobernantes de hoy ya no diferencian entre el bien y el mal, y que habría que   cambiar de Constitución y de sistema. 
 8)   En circunstancias tan temibles, se supondría   que el presidente estuviera aprovechando la lección y aprendiendo a decir la   verdad, pero no es así. Sigue mintiendo. Acaba de anunciar un gabinete de   reconciliación nacional. A ello, responden los que marchan: 
 “No queremos un   gabinete nuevo. Queremos un nuevo Presidente.” 
 9)   En reciente artículo, comparaba yo la   situación del Presidente con la suerte de un pavo que se salvó de ser   sacrificado gracias a que el cocinero se bebió unos tragos con él. Terminaba   el texto con unas frases que ahora resultan premonitorias: 
 “Es posible que   PPK firme con mano temblorosa el indulto del carnicero Fujimori,e haya muchos   que estén dispuestos a luchar por esos cambios. El poder no tiene por   finalidad finiquitar negocios, el poder que el pueblo otorga en una democracia   tiene por finalidad última y esencial el bien común. La brújula moral tiene   que estar muy maltratada para que resulte tan difícil comprender algo tan   simple. http://diariouno.pe/columna/la-irresponsabilidad-al-poder/ 
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 Crisis política   afecta recuperación económica Jorge Manco   Zaconetti La economía   política es la ciencia social que estudia las relaciones sociales de   producción y distribución en un contexto históricamente determinado, en razón   de ello la economía y la política están indisolublemente ligadas, de allí que   lo que está pasando en nuestro país, con el indulto político e interesado al   expresidente Alberto Fujimori, tiene y tendrá profundas consecuencias en el   laboratorio social que se llama Perú, y lamentablemente ensombrece y afectará   la recuperación económica de nuestro país para el 2018. 
 En el 2018   diversos organismos públicos y privados proyectaban un crecimiento económico   del PBI superior al 4% gracias al mejoramiento de los precios de los   minerales, entre enero/octubre los precios del cobre se han incrementado en   un 29%; los precios del zinc en un 47%; el gas natural en un 69% entre los   principales productos. 
 Con un crecimiento   proyectado del 4% nuestro país se ubicaría entre los líderes del crecimiento   económico en esta parte del mundo. Lamentablemente la convulsión social que   se avecina ha de reducir este pronóstico de manera sustancial con   consecuencias imprevisibles. 
 La recuperación de   los precios del cobre y zinc, los bajos niveles de inflación, el alto nivel   de reservas internacionales y la posición de cambio, el superávit de la   balanza comercial, el bajo nivel de desempleo, la disciplina fiscal serán   poca cosa ante la ola de manifestaciones sociales y políticas que se   extenderán a nivel país, cuestionando el modelo económico, e incluso la   precaria democracia que tanto costó a los peruanos. UN INDULTO   PERVERSO Un indulto   político producto de una negociación para “salvar el pellejo” del Presidente   Pedro Pablo Kuczynski de la vacancia presidencial por “incapacidad moral”,   tendrá efectos directos en el crecimiento económico, en la estabilidad, en   las inversiones públicas y privadas, en la confianza empresarial, por la   inestabilidad política que genera cuya expresión maximalista se resume en la   frase política “que se vayan todos” 
 Es tal la   indignación ciudadana que las calles serán el escenario privilegiado en Lima   y en las principales provincias del país que combinadas con las declaraciones   recientes de la corrupción de Odebrecht en Brasil, se compromete no solamente   a PPK, sino también a Keiko Fujimori y Alan García. Con ello se tiene el   coctel molotov explosivo completo con los ex presidentes y altos funcionarios   investigados, desde Toledo, García, Humala y PPK. 
 Es tal la   extensión y profundidad del descontento, el malestar popular e indignación   que provoca el indulto político al expresidente Fujimori, el mismo que se ha   gestionado en un tiempo record, que ha de alimentar el desborde de la cólera   ciudadana, en especial en la región sur del país y particularmente en los   jóvenes que saldrán a las calles a protestar por lo que consideran una burla   a la institucionalidad democrática. 
 El presidente   Kuczynski debiera saber que el ex presidente Fujimori no ha cometido excesos,   faltas ni errores, sino crímenes de lesa humanidad, violación sistemática de   los derechos humanos en el marco de un régimen corrupto que ha sido   calificado como el más corrupto de la historia republicana, lo cual es decir   bastante. 
 No es posible construir   una sociedad moderna en democracia con instituciones sólidas si no se respeta   el debido proceso, si no se acata la ley en su sentido más amplio, sino se   cumplen las sentencias por más importantes que sean los personajes   implicados. Por ello, el indulto político constituye una violación legal por   más que el presidente afirme que lo ha otorgado por razones humanitarias. Los   juristas más reconocidos han expresado su desacuerdo a este infeliz indulto   por no contemplar el procedimiento del llamado indulto humanitario. 
 Por tanto, la   esperada reconciliación entre los peruanos con un Alberto Fujimori libre y   haciendo política alimentará más aún el descontento social, ante lo que se   considera una burla al país, a la democracia y la institucionalidad. Ello tendrá   consecuencias económicas que afectarán las inversiones en un país que tiende   a la convulsión social al margen de los buenos deseos del oficialismo. 
 Por tanto, el   escenario político no será esencialmente el Congreso de la República que será   rebasado por las masas que han encontrado una justificación para la   movilización. Aquí no se está reclamando por mejores salarios, empleo o más   recursos. La demanda ciudadana apunta a un cambio político, a la renuncia del   Presidente de la República y la convocatoria de nuevas elecciones. 
 La consabida   política de masas se hará en las calles y plazas, en las múltiples   manifestaciones que los organismos sociales, gremiales, como la CGTP han de   organizar más los colectivos cívicos que se irrogan en la práctica la representación   ciudadana. 
 En los próximos   meses se mantendrá el fuego de la protesta social y callejera contra una   decisión presidencial nefasta que avivará el discurso de los estilos Antauro   Humala, Goyo Santos, Sutep anti Patria Roja, que competirán por el discurso   más radical como el Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso. 
 Si a esto le   agregamos la incapacidad, ineficiencia, desinterés y mediocridad del equipo   de gobierno de PPK, que en su primera versión fue catalogado como un   “gabinete de lujo” prácticamente tendremos un presidente de la República   cautivo de las fuerzas oscuras del fujimorismo, con una recomposición del   Consejo de Ministros que será previamente consultada por la mayoría   fujimorista cuyo líder indiscutible es Alberto Fujimori. 
 RECUPERACIÓN   ECONÓMICA EN CUESTIÓN Una expresión de   la incapacidad del presente gobierno lo expone la dramática realidad del   “Programa Reconstrucción con Cambios” donde los montos presupuestados con   financiamiento para los próximos 3 años ascienden a S/ 25,655 millones de   soles, de los cuales al mes de noviembre del presente año solamente se ha   ejecutado según el Banco Central de Reserva (BCRP) la suma de S/ 399   millones, lo cual representa un irrisorio porcentaje de 1.5 %, a pesar de las   múltiples necesidades de la población involucrada. 
 En el mismo   sentido, a la misma fecha del total presupuestado se ha adjudicado para la   reconstrucción la suma de S/ 945 millones, es decir el 3.7 % lo cual   demuestra la incapacidad del propio estado de ejecutar los recursos en razón   de una serie de argumentos, pues esta paralización está ligada a los efectos   de la sistemática corrupción de los gobiernos locales y regionales, que no   han sido superados por la autoridad de la “Reconstrucción con Cambios” que ha   sido nombrada a dedo por el poder ejecutivo. 
 En esa misma   lógica la inversión estimada por los “proyectos de inversión y compromisos de   inversión entre el 2017/2018 por sectores” prácticamente se paralizarán ante   la incertidumbre, la inestabilidad social y política, la emergencia de las   masas cuestionando al viejo lobista que tenemos como Presidente de la   República y todo lo que representa. 
 Según el cuadro en   referencia se trata de un monto de US$ 8,215 millones de dólares que se   tenían proyectados para el 2017/2018 por la Agencia de Promoción de la   Inversión Privada (Proinversión) que prácticamente tendrán que postergarse   ante la inestabilidad a la cual nos ha llevado la irresponsabilidad de un   presidente que piensa más en sus negocios privados que en el interés del   país, lo cual ha sido demostrado en su vinculación con Odebrecht cuando era   ministro de economía y finanzas en el gobierno de Toledo. 
 Un político y   dueño de empresas en los Estados Unidos en la década de los cincuenta del   siglo pasado Jhon Foster Dulles, afirmaba “que no hay nada más cobarde que un   millón de dólares” cuando se trata de inversiones en países convulsionados   socialmente. 
 En tal sentido,   las inversiones en los sectores de transporte, telecomunicaciones, energía,   minería, agua y saneamiento, inmuebles y salud se paralizarán en razón de la   inestabilidad y falta de legitimidad de nuestros gobernantes. ¿Qué   inversionista serio vendrá a invertir al Perú con un gobierno que no tiene   legitimidad social ni política? 
 Siempre hemos   sostenido que la capacidad de movilización no está en los votantes del   fujimorismo acostumbrados a la prebenda y el asistencialismo. Tampoco está en   las huestes apristas divididas y reducidas a su mínima expresión. El partido   político de PPK prácticamente ha dejado de existir con un “gabinete de lujo”   para la foto, pero ineficiente y autista en términos políticos. Por tanto, el   camino está libre para propuestas radicales y maximalistas. Frente a ello, el   señor presidente de la República debe presentar su renuncia, al igual que sus   vicepresidentes y convocar a nuevas elecciones. http://diariouno.pe/columna/crisis-politica-afecta-recuperacion-economica/ 
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 Enemigos de la   democracia Jorge Millones Como en los   noventas, los gases y cachiporrazos nos harán iguales a todos, en la lucha se   darán cuenta que todos son necesarios y lograremos identificar con más   claridad al enemigo común. De nada sirve ahora decir “yo soy más puro que tú,   yo tengo razón y tú no” mientras el enemigo fujimorista y sus aliados   corruptos consolidan su pacto de impunidad. Hagamos política con todos y no   sectas entre iguales. 
 “Enemigos de la   democracia” es el libro que el intelectual aprista Javier Tantaleán Arbulú   publicó en 1994; señala que la teoría neoliberal siente desprecio por la   democracia porque obstruye la acumulación de capital. Señala que su utopía   (Calalaxia) es una ficción mercantil y advierte qué iban a hacer los   neoliberales (incluido el segundo gobierno de García) con el Perú: la   destrucción del equilibrio de poderes y el copamiento del Estado en   salvaguarda de algunos pocos intereses privados. Hoy que vivimos el fin de la   “era democrática pospaniagua” y constatamos la consolidación de la “república   empresarial” (Durand dixit) con todos sus líderes y engranajes corruptos,   debemos decir que en el Perú estamos siendo testigos de un proceso de   restitución fujimorista, y que en este pulseo con el pueblo, vienen ganando   las mafias gracias a la complicidad del ahora ilegítimo Presidente Kuczynski. 
 REHÉN DEL FUJIMORISMO PPK ya tiene su 5   de abril. La humillante patada que le dio al país quedará en la historia como   la peor Nochebuena que hemos vivido en mucho tiempo. El falso indulto   humanitario otorgado al condenado Fujimori y las condiciones en las que se   otorgó, representan el fin de la democracia peruana. El Estado peruano ha   sido tomado por el lumpen-empresariado y sus operadores políticos. Hasta la   propia CNN en español dice que PPK es un rehén del fujimorismo. Jueces y   probablemente fiscales comprometidos con la lucha contra la corrupción, están   siendo removidos, poco a poco la prensa va cerrando filas para “consumar” el   hecho. Mientras se suceden masivas renuncias en varias instancias del Estado   en señal de protesta contra el indulto. 
 El indulto es un   insulto al país, a los familiares de las víctimas de la política criminal del   fujimorismo, que durante décadas buscaron justicia y hoy vuelven a sentir el   mismo dolor de antaño. Un insulto a la confianza en las instituciones de   nuestra alicaída democracia. Un insulto a quienes de buena fe creemos que el   Perú puede dejar de ser esa cueva de ladrones, corruptos y asesinos que se   coluden para buscar impunidad. 
 Y es más que   evidente que el modelo fujimorista y su Constitución deben ser cambiados. Es   una ecuación terrible: Constitución del 93 = Injusticia+Corrupción+Impunidad. 
 Si algo ha   caracterizado este proceso es el enorme poder de las empresas corruptas y   corruptoras que están siempre por encima del poder del Estado. La   infiltración mafiosa del sistema de justicia que reacciona mal y lentamente   ante denuncias que tiene que venir de fuera para que nos enteremos,   justamente, no nos enteramos porque el periodismo se ha convertido, en mucho,   en una comparsa muda de la megacorrupción. 
 El pacto de   impunidad de las fuerzas corruptas ha pasado ahora a la ofensiva, a sepultar   de una vez por todas los obstáculos que le pone la democracia, No solo tienen   el control del Parlamento y otras instituciones clave, ahora controlan   también al Ejecutivo. Se ha consumado la restitución fujimorista. 
 NUEVO PROCESO   CONSTITUYENTE No pueden culpar a   la izquierda de patear el tablero del juego democrático, ha sido la derecha   en su versión fujiaprista (y ahora con PPK de capataz) quienes han   desconocido el equilibrio de poderes, los conflictos de intereses, el respeto   a las instituciones, la lucha contra la corrupción y el rechazo a la   impunidad. Cada vez que ha habido una posibilidad de salvar el juego   democrático la izquierda se ha jugado por esa posibilidad, cargando muchas   veces las críticas de sus sectores 
 Porque hay que   decirlo, en los extremos de la democracia están los extremismos de derecha   (fujimorismo fascistoide) y los extremismos de izquierdas que consideran que   la democracia es una “cosa burguesa y caviar que no sirve para nada”. Ambos,   en el fondo consideran que los conflictos se resuelven a balazos, a bombazos   o con políticas de exterminio (grupos Colina y hornos del Pentagonito). 
 Jalonean y   desestabilizan el juego democrático todo el tiempo y medran en medio de la   crisis. Unos quieren el poder para conservar sus privilegios y redes de   corrupción, y los otros, supuestamente para derrocarlos, pero siempre “juegan   en pared”, son funcionales uno al otro. Ambos son los verdaderos enemigos de   la democracia. En el fondo, quieren matarse unos a otros, sin importarles   nada la gente inocente que pudiera estar en medio, los “daños colaterales”. A   ninguno les tiembla la mano para meter un “coche-bomba” o un “paquetazo” que   subsuma a miles de familias en la miseria. Todos somos prescindibles para   ellos. 
 Lo que ha hecho   PPK es retrocedernos al 5 de abril de 1992, evidenciando el agotamiento de la   democracia “pospaniagua”. Paradójicamente, se abre una posibilidad para   refundar el país, esta vez desde las luchas y protestas ciudadanas. Y aunque es   un momento de duro “pulseo” entre las mafias y el Perú democrático, es   posible impulsar una lucha para derrotar a las mafias e impulsar un nuevo   pacto social, un proceso constituyente que involucre al Perú entero y culmine   con una nueva Constitución. Para lograrlo hay que luchar en todos los frentes   que podamos. Los ciudadanos de a pie nos veremos en las calles. Otra vez. http://diariouno.pe/columna/enemigos-de-la-democracia/ ..............  
 
 
 
 Un indulto y   cuatro mitos Rosa María   Palacios ¿Usted se opondría   a que un hombre en estado vegetativo obtenga un indulto humanitario a pesar   de sus graves crímenes? No lo creo. No creo que una persona bondadosa,   magnánima, reconciliadora, pueda ser tan salvaje de oponerse a un pedido de   cuidados paliativos con un mínimo respeto a los últimos días de un ser   humano. ¿Usted le diría que no a un joven tuberculoso que agoniza en un penal   con una condena de dos años? Lo dudo mucho.  
 ¿Quién puede   oponerse? Eso es fácil de decir, pero la realidad es otra. Monseñor Norberto   Strotmann, Obispo de Chosica y Lurigancho, puede contarles la larga lista de   reos que murieron en cárcel esperando un mínimo de humanidad que nunca llegó.   Años de pastoral en cárceles pueden dar cuenta de cuántas veces ha   administrado el sacramento de la extremaunción en condiciones carcelarias   dignas de una cloaca. Así que rompamos el primer mito. No es verdad que los   indultos humanitarios se los dan a todos los que cumplen los requisitos. Ni   siquiera para ellos ha existido o existe celeridad o seguridad de obtenerlo.   El indulto es siempre discrecional y si el Presidente no lo quiere, no lo   otorga. De hecho, Kuczynski no lo ha otorgado en los dos casos reales del   primer párrafo. Alberto Fujimori   Fujimori no ha recibido un indulto y derecho de gracia humanitario. Los   papeles pueden decir eso –pueden decir cualquier cosa– pero cualquier reo   enfermo de verdad a la espera lenta de su muerte sabe que no es así. Fujimori   ha recibido un indulto negociado en 13 días a cambio de unos pocos votos para   salvar a Kuczynski de la inminencia de su propia vacancia. Ese indulto,   disfrazado de humanitario, es un indulto común porque no hay ni enfermedad   mental, ni enfermedad terminal, ni enfermedad degenerativa agravada por las   condiciones carcelarias. Y el indulto común está vedado para Fujimori tanto   por la ley peruana (que prohíbe el indulto por secuestro agravado) como por   los casos La Cantuta y Barrios Altos ante la Corte Interamericana de Derechos   Humanos.  
 Terminemos pues   con el segundo mito. Fujimori, el reo, ha recibido un indulto político,   negociado entre el gobierno y su hijo Kenji, al margen de la ley peruana. Esa   es la única verdad. Una verdad que está siendo silenciada de modo tan burdo,   que ha causado una reacción previsible. El país puede perdonar sin problemas   a un reo enfermo, incluso a uno no tan enfermo, pero ¿que te agarren de   idiota? ¿Que te cuenten el cuentazo de la reconciliación cuando no hay más   que un “toma y daca” en medio de las broncas de una familia disfuncional que   en lugar de ir a terapia familiar usa la política nacional como su campo de   batalla? Eso es inaceptable. De ahí la indignación de millones de peruanos. 
 Las pruebas de la   negociación se hacen evidentes en la línea del tiempo de los procesos de   indulto y vacancia, la actuación de los personajes que rodean las tratativas   y las reacciones posteriores al anuncio del indulto. Si el gobierno está tan   orgulloso de sus actos, ¿por qué todos los Ministros que no han renunciado   están mudos? “Los indultos no se ven en mi sector” es una excusa tan mala,   que ya da hasta pena por ridícula. Las vacancias tampoco se ven en tu sector,   Ministro, Ministra o congresista. Los que sabían son cómplices y los que   fueron sorprendidos y avalan, también. Su mudez habla por ellos.  Sin embargo, hay una razón para el   silencio. Si hablan, si cuentan lo que de verdad sabemos que pasó, se hará   más evidente –de lo que ya es– el pacto político que invalida el indulto. 
 El tercer mito es   que aquí no hubo engaño. Decir que Kuczynski siempre estuvo a favor del indulto   es una verdad a medias y esa es la peor de las mentiras. Mercedes Aráoz   engañó a Marisa Glave, a la bancada de Nuevo Perú –y a todo el país– el   jueves 21 diciendo que no había trámite alguno de indulto. Con eso obtuvo la   abstención de sus 9 miembros y salvó la vacancia. Si Aráoz fue engañada por   el Ministro de Justicia, ¿por qué no lo despide? El Vice Ministro conocía la   solicitud desde el lunes 18. ¿No sabía nada el Ministro? Si fuese así, ¿por   qué no despide a su Vice Ministro? Porque todos eran parte operativa de esta   trafa. Por eso aparecen juntitos ante la prensa. Ninguno ha renunciado. 
 Y el último mito   que quiere creer el Presidente es que “aquí no va a pasar nada”. “Es fin de   año, ¿quién va a protestar?”. El rugido de la calle ya lo está oyendo y lo   seguirá oyendo, no sólo en Lima. “El 70% de los peruanos quiere el indulto”,   le aseguraron pero ¿de esta forma? Eso no lo preguntaron porque ese escenario   no existía. “Esto lo van a aceptar internacionalmente”. ¿SÍ?   Internacionalmente lo que somos como país hoy es una vergüenza. “Nadie va a   renunciar”, dijeron otros, pero los mejores, los que tienen sentido del   honor, ya se fueron. “Keiko va a tener que pactar contigo”. “Ahora sí, tu   gobierno es un sólido cogobierno”. No, no es un chiste. Cuando el Presidente   despierte el dinosaurio seguirá ahí, salvo que esta vez estará completamente   solo y listo para ser devorado. http://larepublica.pe/politica/1164678-un-indulto-y-cuatro-mitos 
 
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 ¿Es una bomba? Más   o menos Mirko Lauer 
 ¿Las declaraciones   de Marcelo Odebrecht recién reveladas son la bomba que se estaba esperando?   En cierto modo sí, pues suman a Fuerza Popular, al Apra y a Peruanos por el   Kambio a la lista de quienes recibieron fondos de campaña de Odebrecht.   Todavía está por demostrar, pero se supone que de eso se encargará Jorge   Barata. 
 Pero pocos esperan   que esto se traduzca en prisión preventiva para los líderes de esos partidos.   Se supone que recibir fondos para una campaña, incluso de Odebrecht, no es   propiamente un delito. De allí que tantos consideren injusta la prisión del   matrimonio Ollanta Humala-Nadine Heredia, que incorpora el argumento   electoral. De otra parte las   declaraciones del brasileño son puntuales, pero genéricas. No aporta nombres   de quienes recibieron ni circunstancias (otra tarea para Barata), y en cierto   modo sugiere que otros partidos menores también se pusieron en esa cola. Esto   último le da a la bomba algo así como un efecto retardado. 
 Debemos entender   que lo revelado por IDL-Reporteros funciona como una suerte de globo de   ensayo para la actuación de la fiscalía. Marcelo Odebrecht ha completado el   marco de referencia, en el sentido de que todos recibieron, pero el capítulo   final de la delación sigue en manos de Barata, hombre clave de esta historia. 
 Este esquema de   declaraciones genéricas y ping-pong entre Odebrecht y Barata, una manera de   arrastrar los pies, es en buena medida producto de que empresa y Estado   peruano no han llegado a acuerdos satisfactorios. Lo que estamos viendo es un   limbo tentativo entre la ruptura y el acuerdo, mientras la justicia local   avanza como puede. 
 Mientras espera   más elementos importados para el caso, la fiscalía ha emprendido un camino   paralelo, en la exploración de la contabilidad de los aportes recibidos por   los partidos. Quizás en algún momento los dos caminos se encuentren, aunque   es poco probable que los importantes donativos de Odebrecht hayan sido   registrados. 
 Todo esto sugiere   que hay caso Odebrecht para rato. No se puede descartar nuevas prisiones   preventivas, aunque el clima ha cambiado, y a pesar de la crisis el poder   político ha recuperado terreno frente al Poder Judicial. Quizás también por   este lado descubriremos nuevos significados de la palabra reconciliación. http://larepublica.pe/politica/1164674-es-una-bomba-mas-o-menos 
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 El pacto   Barbadillo-Choquehuanca Alberto Vergara “Del hombre   público enriquecido […] merced a las dádivas de un gordo traficante, se dice:   ¡Buena cabeza para los negocios! Del político sanguinario como Nerón y   cobarde como una liebre: ¡Carácter muy enérgico!”. Manuel González   Prada (1904) 
 Pedro Pablo   Kuczynski encarna un grupo social que no es educado para ser ciudadano de la   República del Perú, sino dueño del Perú. Y, por tanto, no cumple sus   funciones públicas como un ministro de Estado, premier o presidente de la   República. Nada de eso. Él procede como patrón de estos pagos.   Paradójicamente, no es el español sino el inglés que PPK utiliza con sus   ministros e interlocutores el idioma que posee la palabra precisa para   describir cómo se siente: entitled. Significa algo así como sentirse con el   derecho –con el título, los fueros, la prerrogativa– de merecer una posición   política y legal por encima del resto. No hay traducción precisa al español,   pero al peruano yo aventuro la siguiente: una concha histórica. Este fin de año   crítico la ha hecho visible con una intensidad que los días normales ocultan.   Hemos sido testigos de este presidente que considera que a él la ley no le   atañe. Ni para sus negocios ni para tomar decisiones políticas. 
 Cuando se   establezca con claridad una línea del tiempo que combina los contratos de   Westfield Capital y First Capital con Odebrecht y con las entradas y salidas   de PPK de la función pública podrá determinarse si carga o no con   responsabilidad penal. Pero esa es labor de fiscales y jueces. A los   ciudadanos, en cambio, nos queda claro que el presidente ha hecho carrera   ruleteando entre sus compañías y el Estado. Y que si la línea del tiempo   jurídica lo absuelve es porque su coartada fue entrar y salir del Estado   siempre con ojo atento al código penal. También ha sido coartada no firmar   documentos sensibles: los contratos con Odebrecht los firmaba Sepúlveda y   cuando era ministro de Economía y hubo que librar de controles a la   Interoceánica por la cual Toledo habría cobrado 20 millones de dólares, PPK   se ausentó y estampó su firma un ministro interino. El presidente es,   indudablemente, un experto en alianzas público-privadas. Lamentablemente, un   antifujimorismo vehemente y ciego llevó a congresistas y a parte de la   opinión publica a exculpar a un presidente en el cual no había manera de   confiar. En nombre del “debido proceso” lo salvaron. 
 ¿Pero qué sabe la   izquierda peruana de debido proceso? Incapaces de denunciar el régimen cruel   venezolano, ¿cómo podrían tener alguna consideración por el debido proceso?   ¿Y no comparte la misma deshonestidad intelectual quien dice que no sabía lo   que realizaba Sepúlveda con quien afirma que ignoraba cómo se financió la   campaña de la revocación? 
 PPK se mantuvo en   la presidencia, entonces, en nombre del Estado de derecho. Para festejarlo lo   apuñaló. No podía hacer otra cosa. Porque más que la perorata republicana, lo   salvaron diez votos antirrepublicanos. La facción política más próxima a un   ex dictador: Kenji y sus Tesos (¡oye!, te hablo desde la prisión…). 
 Cabía plantear una   discusión nacional sobre el indulto. Pero se decidió perpetrarlo desde el   entitlement. Soy banquero y hago lo que quiero. Curioso indulto humanitario   donde el discurso del presidente no se centra en las enfermedades del reo por   liberar sino en sus virtudes políticas. Y debido a ellas, decidió que 12 años   de encierro ya era bastante. ¿Que las leyes y sentencias de la República   indican otra cosa? Habrase visto, indio alzado. Aquí en San Isidro eso que la   Corte Suprema califica como asesinatos y robos, le llamamos excesos y   errores. 
 Más grave que   indultar a Fujimori es la felonía de tergiversar el contenido de una   sentencia histórica. Por si fuera poco, el patrón nos conminó a voltear la   página. Y yo lo hallo normal: para él y su gente el Perú es, en lo   fundamental, un territorio del cual extraer riquezas, al cual engordarle el   PBI: ¿quién necesita que esa entidad construya una historia? Pasa la página   nomás, cholito. Las leyes y la memoria de la República son triviales para el   inversionista presidente. 
 (Por cierto, el   presidente será un anfitrión de lujo para la Cumbre de las Américas a   desarrollarse en Lima en abril próximo bajo el tema Gobernanza Democrática   contra la Corrupción). 
 Volvamos al pacto   Barbadillo-Choquehuanca y la turbulencia de los últimos días. ¿De qué está   hecho este subibaja de acomodos y reacomodos en la política nacional?   Cortoplacismo y supervivencia son el agua y el oxígeno del ecosistema   político. Todo el elenco relevante de nuestra política tiene un interés   esencial: no acabar como Ollanta Humala. Nuestros partidos no tienen líderes,   tienen cabecillas. Por eso se puede afirmar todo y su contrario. 
 Como enseñó George   Orwell, la utilización del lenguaje es un prisma fundamental para identificar   a las tiranías. En ellas las palabras y los argumentos son una farsa. Igual   entre nosotros. Imaginen ustedes que se descubriera que mientras Alan García   era presidente, una empresa suya hizo negocios con Odebrecht teniendo como   apoderado a su mejor amigo. ¿Alguien del antifujiaprismo hubiera reclamado   debido proceso para García? ¿Y alguien duda de que Mauricio Mulder hubiera   argumentado que Alan ignoraba lo que hacía su gerente? Cuando el debate   público está dominado por el terror a una celda, no hay argumentos ni   principios que valgan. La raíz es la misma que Víctor Andrés Belaunde   identificó en “La crisis presente” (1914): el desquiciamiento moral. 
 Saber que el   objetivo principal de la política peruana consiste en salvar tu pellejo es   importante para no atribuirle características ridículas. El indulto a   Fujimori no es un gran pacto de gobernabilidad ni democrático, no refleja la   reciprocidad andina, ni es llave a la pluralidad del Legislativo, etc… No   ennoblezcan conceptualmente a un vulgar canje entre dos individuos buscando   evitar la cárcel. Ni ensucien características ideológicas al utilizarlas para   los jugadores de este sálvese quien pueda. Agrede leer que Kenji sería un   liberal modernizador. Tampoco existe un pueblo fujimorista y otro   antifujimorista. Respiremos fuera de Twitter; dosifiquemos la hipérbole. Que   no se narre el Mundialito del Porvenir con el vocabulario de la Premier   League. 
 No me extraña que   muchos perciban el arreglo entre PPK y Fujimori como el inicio de una era   dorada. Nuestro Pacto de la Moncloa lumpen. Piensan (quizás correctamente)   que ya regresan los años maravillosos cuando mandaba la alianza entre pitucos   entitled y el fujimorismo; una alianza que Keiko y su chusma quebró. Tal vez   el patriarca, con ternura o a cocachos, amista a Kenji y a Keiko –los   Pimpinela de nuestra política– y vuelve el fujimorismo de siempre; reemerge   la coalición histórica cuya agenda consiste en negocios para los de arriba y   pan y circo para los de abajo. Ese es el verdadero anhelo de reconciliación.   Esta noche se descorchan las mejores botellas en Playa Blanca. Mañana puede   amanecer un precioso día de los noventa. Ya se advierte en el horizonte el   destino luminoso de un país que crece a 4% y sin Estado de derecho. 
 A las afueras de   las ciudadelas veraniegas el ambiente es otro. Digamos que Maimónides habría   vendido como pan caliente su “Guía para perplejos”. Ya no se confía en nadie.   Hemos visto que cada espalda convoca a su puñal y todo valor enrumba a su   casa de empeño. Sabemos que a los signatarios del pacto   Barbadillo-Choquehuanca el país les da igual. No hay en él ni en la política   o políticos que lo rodean, ninguna discusión sobre el futuro del país.   Estaría bien insultarnos si PPK y Alberto Fujimori representasen formas de   encarar los años venideros. Pero nada de esto aparece en sus intereses.   Encarnan un sistema en hilachas. No empujan ninguna agenda, transformación,   convicción. Nada. ¿En qué parte del mundo ha surgido algo bueno y renovador   de un pacto entre dos abuelos vivazos y acabados intentando salvar su   pellejo? Desde la ciudadanía solo podemos constatar que viajamos a la deriva   en manos de dos abuelos de la nada. https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/ppk-fujimori-barbadillo-choquehuanca-alberto-vergara-noticia-485396 
 
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 Nos fuimos todos Carlos Meléndez El destape de los   casos de corrupción a partir de la operación Lava Jato ha comprometido a casi   toda la clase política peruana, sin discriminar su sello ideológico. Si a   ello añadimos la crisis presidencial y el indulto a Alberto Fujimori, existen   razones para una masiva movilización social en contra del establishment   político que ponga en duda su continuidad. Algunos expertos vaticinan la   reproducción local del “Que se vayan todos”, una ola de protestas sociales   espontáneas que enciendan la pradera cuando la indignación colme la paciencia   ciudadana. En el Perú, empero, la indiferencia que consume cualquier   expectativa de rebeldía nacional pareciera una fase superior de la   desafección. No pedimos que los políticos se vayan, porque los ciudadanos   decidimos –hace rato– irnos de la política. Nos fuimos todos. El Perú fue un   pionero en el mundo en vivir el colapso de su establishment político. Alberto   Fujimori surgió en el verano de 1990 como ‘outsider’ por la decepción   granjeada por la “partidocracia” tradicional, de izquierda y de derecha, ante   la crisis generalizada de la década de 1980. Con su administración   (1990-2000) también se inicia una serie de engaños a los mandatos populares.   Fujimori se erigió como alternativa a las políticas de ajuste y las terminó   ejecutando. Ollanta Humala (2011-2016) prometió la “gran transformación” del   modelo económico y no le cambió ni un pelo. Kuczynski (2016-¿?), afortunado   por el favor del voto antifujimorista, ha terminado estafando a sus electores   al trocar su permanencia en el sillón presidencial por un indulto más que   cuestionado. No juzgo si las decisiones de estos mandatarios fueron correctas   o no, señalo la traición sistemática a las promesas de campaña. La ‘traición a la   peruana’ ha depreciado el valor de verdad de la palabra de los políticos. No   hay decepción donde la fe se ha perdido. Por ello, hoy reina la indolencia,   la desafección sin bronca. Por si fuera poco, existen factores estructurales   que refuerzan la apatía. En una sociedad altamente informalizada, donde el   ciudadano ha dejado de tener al Estado como referente y garante de su vida,   la política ha perdido su sentido. Para colmo, quienes aún se sienten con   responsabilidad de participar en los asuntos públicos reposan en vínculos   políticos negativos. Los “antis” no forman parte de partidos, sino de   movimientos sociales obsesionados con determinados rechazos. Quienes integran   algún proyecto político son, en la práctica, una minoría. Nos queda el odio   en algunos y la indiferencia en las mayorías. 
 La sociedad   peruana es mayoritariamente impasible, con ciertos sectores como “antis”   politizados y movilizados, y con partidarios (básicamente fujimoristas) como   especie en extinción. Esta fórmula, que criollamente denominamos “calma   chicha”, es paradójicamente la principal esperanza de estabilidad para los   sobrevivientes ppkausas. Pero una sociedad donde la política se ha   desvanecido (o solo se activa en base a animadversiones), simplemente ha   fracasado como colectivo. Este es el legado que nos dejará Kuczynski, con   independencia de cuánto dure su mandato. https://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/ppk-antifujimorismo-carlos-melendez-noticia-485268 
 
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 De laberinto en   laberinto Carmen McEvoy ¿Cómo definir la   sucesión de intensos días que hemos vivido? ¿Qué imagen podría capturar la   sensación de estupor, rabia, sorpresa o cansancio que nos embargó en los   previos a una Navidad absolutamente surreal? Pienso en palabras y frases como   laberinto, callejón sin salida, nudo gordiano para aproximarme a un escenario   regido por la contingencia. Uno en donde todos los implicados –en esa suerte   de teatro de lo absurdo que fue la vacancia y el indulto presidencial–   extraviaron sus libretos para luego ser absorbidos por las fuerzas que ellos   mismos desencadenaron y no lograron controlar. 
 En medio de esta   monumental trifulca, en la cual múltiples eventos coinciden posibilitando el   increíble ‘rendezvous’ entre Edmund Burke y Condorito, vino a mi memoria un   episodio de una de mis series favoritas de cuando era niña. Se trata de ese   de “La dimensión desconocida” en el que una pareja de esposos se pasa de   copas y termina en un tren que da vueltas en el mismo lugar, una y otra vez.   La escena en la que ambos descubren horrorizados la trampa en la que se   encuentran metidos es seguida por otra que me quedó grabada. Un niño, tal vez   habitante de otra galaxia, juega con el tren del cual la pareja inútilmente   trata de escapar. Una fuerza superior a ellos no solo los controla sino que   los hace girar a su absoluta merced. “La historia me   juzgará”, nos dijo el presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando horneábamos el   pavo para celebrar la noche en que Jesús vino al mundo. El regalo inesperado   para millones de peruanos estupefactos fue el del indulto a un ex presidente   culpable de delitos bastante conocidos. Es por ello que más que la frase   utilizada por Kuczynski que se queda en el cliché, propongo esta de James   Joyce: “La historia es una pesadilla de la que estamos intentando despertar”. 
 Es irónico que en   la noche de un parto emblemático regrese el personaje que despierta el odio   más profundo o la lealtad más absoluta, quebrando al Perú en dos facciones   antagónicas e irreconciliables. El laberinto por el cual hemos venido transitando   por 25 años –sembrado de bombas senderistas, corrupción institucionalizada,   presidentes presos o fugados– parece terminar donde empezó. El escalamiento   de una guerra política cuyo final nadie esperó muestra que, como los   pasajeros del tren de “La dimensión desconocida”, seguimos dando vueltas y   vueltas sin agencia alguna por controlar nuestro destino, que siempre conduce   a un pasado que, por irresuelto, regresa para atormentarnos. 
 “Hemos perdido una   batalla pero no la guerra”, declaró el ‘comandante’ Becerril luego de la   estrepitosa derrota de su facción congresal. Ello evidenció que la cultura   que nos rige es la que este señor declara a voz en cuello. Y es que la guerra   –nuestra marca de fábrica– lleva inevitablemente a la confusión e   incertidumbre que vivimos cotidianamente, incluso sin tregua navideña para   abrir en paz los regalos. 
 En “La guerra   maldita”, el libro que edité teniendo como sustento medio millar de cartas   escritas por Domingo Nieto, aparecen muchos personajes confundidos en la   “niebla de la guerra”. Algunos de ellos arrepentidos de lo que hicieron   porque ello los llevó al objetivo opuesto que perseguían. El mismo Nieto no   entiende cómo la guerra que empezó por una sucesión presidencial culminó en   un conflicto trinacional en el que ya nadie recordaba ni su bando ni la razón   por la cual peleaba. 
 ¿Será posible   sacar alguna lección de esta última batalla por el poder que, como tantas   otras, amenaza el bienestar de millones de peruanos atrapados en el fuego   cruzado de las facciones en pugna? ¿Será posible construir una sociedad de   posguerra e imaginar una tregua bicentenaria que nos lleve a un mundo más   calmado y previsible, donde los jóvenes puedan soñar en grande en lugar de   marchar por las calles para resolver un pasado del cual no son responsables?  Juan de la Puente   señala que el lado oscuro regresó al Perú y yo creo, en cambio, que nunca se   fue. Porque hay que lidiar cara a cara con la dictadura y su legado   ambivalente, preguntándole al ex presidente indultado por qué renunció por   fax y cuándo pagará la reparación que nos adeuda. Pero también conversar con   una izquierda que demoró en entender que la democracia es la única   alternativa que tenemos como sociedad. Porque algo muy extraño debe estar   ocurriendo para que el ex cura Marco Arana, quien abrió la caja de truenos,   trate ahora de convencernos de que, con Fujimori libre y la sociedad peruana   crispada y dividida, él es el abanderado de la moralidad y el salvador del   Perú. ¿De las puertas   giratorias, qué puedo decir? Que tendrán que dejar de girar, sí o sí, porque   hipotecan el destino de millones de compatriotas que aún esperan por los   servicios básicos, además de oportunidades para una vida mejor. 
 De esta Babel   decembrina, que nos tuvo suspendidos en el tiempo, quedan dos palabras que ahora   andan circulando y sobre las cuales sería bueno reflexionar detenidamente   como sociedad: reconciliación y perdón. Nos han pedido perdón no con la   fuerza y el verdadero respeto que merecemos pero el acto ha ocurrido, dos   veces, y debe reconocerse. El perdón significa, sin embargo, reconocimiento   de la falta y esta –no voy a entrar en detalles– fue gravísima porque nos   quebró y nos sigue quebrando como nación y todavía no logramos recuperarnos   de ello. 
 Sobre la   reconciliación, ella no es un acto impuesto unilateralmente sino una   conversación que debe fluir y respetar los tiempos y el dolor que cada uno   lleva a cuestas. Fue una guerra larga y sangrienta que luego trocó en un   enfrentamiento brutal que espero haya llegado a su fin o al menos al inicio   del final. Por el bien de millones de peruanos que merecemos vivir en paz   pero con justicia e igualdad de oportunidades. Que de este faccionalismo   perverso donde los intereses personales se anteponen al bien común surja   finalmente la república y que cada uno empiece a fortalecerla desde el   espacio que le compete. https://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/fujimori-ppk-laberinto-laberinto-carmen-mcevoy-noticia-485270 ..............  
 
 
 
 
 Otro año, otra   galaxia Richard Webb En pocas horas,   con un clic del reloj, nos deslizaremos desde el 2017 al 2018. No obstante   las intenciones de cambio, es probable que sigamos siendo la raza humana de   siempre. Pero lo que sí cambiará es el lugar donde vivimos, porque esta vez   el clic de medianoche nos transportará a otra galaxia, un mundo que funciona   con otras leyes de la física. 
 Una diferencia   será el volumen del sonido. Por algún motivo, allí todo se grita. Felizmente,   ya estamos practicando para adaptarnos a las alturas sónicas del nuevo mundo,   con la ayuda de la omnipresente televisión, el torrente de la calle y, en los   cines, los tráileres de películas cuidadosamente escogidos por su capacidad   para destruir tímpanos. Destaca el patriotismo de los presentadores, que   sacrifican sus laringes informándonos en la radio y la televisión. Una segunda   novedad del otro planeta será la crecida velocidad de todo. Por suerte, esa   peculiaridad también podemos atisbarla en nuestro viejo planeta, notablemente   en la multiplicada rapidez con que hoy se mueven las personas y las   mercaderías. Hoy, casi todo ciudadano peruano ha sido empoderado mediante la   conexión con el mundo entero a través del celular e Internet. La aceleración   informática ha llegado a tal punto que hoy la mitad de lo que publican los   medios noticiosos son “hechos” que, nos dicen, se darán en el futuro. También empezamos   a practicar una nueva velocidad en la democracia. Usando encuestas, paros y   marchas le ponemos un ‘like’ o un ‘dislike’ cada día a cada acto y cada   persona de la función pública, y el concepto de funcionarios elegidos por   períodos de varios años empieza a quedar obsoleto. Pero esa velocidad   democrática será vastamente mayor en el nuevo planeta donde, por ejemplo, los   pasajeros de un avión podrán vacar al piloto en pleno vuelo. Ojo que la   velocidad en cualquier tipo de gestión tiene sus complicaciones. En el caso   del tráfico vehicular, por ejemplo, subir la velocidad de 65 a 75 kilómetros   por hora aumenta el riesgo de accidentes 400%, un mayor riesgo que equivale a   exceder el límite de alcohol en la sangre en más de 100%. 
 El cambio más   sorprendente que traerá el nuevo planeta se refiere a la escasez. Ya se   atisba el fin de la escasez más grave, la de los alimentos. En el mundo, un   tercio de los alimentos se pierden camino a la mesa, y otro tercio es para   comer por comer, no para subsistir. En el mundo hay dos obesos por cada   desnutrido. Además, lo que se gasta en comida chatarra es más que suficiente   para cubrir cualquier falta de alimento sano. En cuanto al resto del consumo,   ciertamente no se acabará el apetito por los zapatos nuevos, aparatos nuevos   y autos nuevos, pero hablar de esos lujos es salir del mundo de la verdadera   escasez. En todo caso, lo que queda de escasez física desaparecerá con el   clic de medianoche. Más que escasez, los problemas mayores en el nuevo mundo   serán la distribución de la riqueza y qué hacer con la basura. 
 La mejor   preparación para el viaje que empieza esta noche, sugiero, sería ver la   película “Star Trek”. 
 https://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/ano-nuevo-galaxia-richard-webb-noticia-485395 
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