Una marcha de personas, integrado por colectivos, gremios sindicales, farmacéuticos
y jóvenes universitarios, se realizó hacia el Congreso de la república, protestando contra la firma del Acuerdo
de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés), exigiendo lo imposible: que el débil
congreso peruano no lo ratifique.
Según uno de los marchantes el tratado es lesivo para los intereses del Perú porque con
aquel se hipoteca la soberanía de los pueblos a favor de las transnacionales, y
porque con el tema de las patentes, las farmacéuticas tendrán el control total del mercado de los
medicamentos, propiciando su encarecimiento y la desaparición de las medicinas
genéricas.
Desde otro punto de vista el tratado busca dos
efectos distintos. Por un lado Estados
Unidos arremete contra la persistente e incómoda influencia china de los últimos tiempos,
mientras que por el otro, el resto de
los países firmantes ven la segura posibilidad
de incrementar sus economías, aunque ello les demande la renuncia a cierto número de derechos.