<< Emergentes: llegó el momento de reparar un modelo
roto
por James Kynge y Jonathan
Wheatley para The Financial Times
Artículo publicado en la edición impresa de The Financial Times
el 7 de septiembre de 2015
Emergentes: llegó el momento de reparar un modelo roto
China
se volvió dependiente de las inversiones y las exportaciones que escasean.
Brasil se apoyó demasiado en el consumo interno y ahora no puede sostenerlo.
Rusia necesita del petróleo que se desploma y la India no puede superar su
burocracia.
Los Brics deberán repensar sus estrategias
Hace
tan solo seis años, la economía de Brasil era tan sólida que The Economist
publicó una tapa en la que aparecía la estatua del Cristo Redentor de Río de
Janeiro despegando como un cohete. No solo los brasileños disfrutaban el auge
económico; tiendas de electrodomésticos se alzaban en las favelas, mientras las
compañías aéreas económicas encontraban nuevos clientes entre quienes antes
eran pobres. Parecía que el “país del futuro” finalmente cumplía su destino.
Pero el
cohete ahora cayó a la tierra. La economía de Brasil, que creció 7,6% en 2010,
caería, como mínimo, 2% este año. El superávit comercial de u$s 20.000 millones
de 2010 se convirtió en un déficit de u$s 40.000 millones en los doce meses
hasta julio. La creación de empleo -2 millones en 2010- se transformó en un
recorte de 150.000 puestos por mes.
Si bien
varios de los problemas de Brasil son autoinflingidos, también son sintomáticos
de un malestar más amplio que afecta a casi todos los mercados emergentes. El
crecimiento impulsado por las exportaciones se desplomó. El auge de consumo
fomentado por el crédito llegó a su fin, mientras los niveles de deuda soberana
y de empresas aumentaron. El capital extranjero, que hasta hace tan poco
abundaba, se está fugando ante la inestabilidad de las monedas de los mercados
emergentes y los precios de los productos básicos.
Estas
debilidades son tan graves que cada vez más economistas e inversores anticipan
un cambio radical de la suerte de países con economías emergentes. Los modelos
económicos dinámicos que permitían a los países en desarrollo llevar al mundo
de regreso al crecimiento después de la crisis financiera de 2008-2009 están
colapsando… y amenazan con arrastrar al mundo a una nueva recesión.
“Los modelos de crecimiento son cuestionados en general y en
algunos países están agotados”, afirma Mohamed El-Erian, principal asesor
económico de Allianz y presidente del Global Development Council de Barack
Obama. “No es solo que el crecimiento de los mercados emergentes se desaceleró…
la debilidad de los mercados emergentes altera las economías de Occidente y
hace que sus desafíos resulten más difíciles de enfrentar”.
Neil Shearing, economista en jefe de mercados emergentes de Capital Economics, observa un problema similar. “Los modelos de crecimiento que resultaron tan útiles a los mercados emergentes más grandes en los últimos diez años se quebraron”, afirma, citando de ejemplo a los poderosos países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Neil Shearing, economista en jefe de mercados emergentes de Capital Economics, observa un problema similar. “Los modelos de crecimiento que resultaron tan útiles a los mercados emergentes más grandes en los últimos diez años se quebraron”, afirma, citando de ejemplo a los poderosos países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
China
se volvió demasiado dependiente de las inversiones y las exportaciones,
sostiene, sin apoyar los gastos de consumo en medida suficiente. En Brasil
ocurrió prácticamente lo opuesto: se volvió demasiado dependiente de los gastos
de consumo a expensas de los ahorros y las inversiones. Rusia depende
excesivamente del petróleo, mientras que en India la burocracia pesa mucho
sobre la inversión y la productividad.
Estos
defectos no parecían tan críticos cuando el flujo de capital era abundante; los
flujos generosos de fondos compensan varios pecados en mercados emergentes
abrumados por la deuda. Pero luego de la cesación del programa de expansión
monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos el año pasado, el crecimiento
de la liquidez del dólar se desaceleró. La obsesión de la Reserva Federal con
el aumento de las tasas de interés contribuye a las turbulencias.
“El
modelo de los mercados emergentes se basa en el ingreso de capitales, pero el
ciclo ahora está cambiando porque el crecimiento de la liquidez del dólar
estadounidense se está desacelerando”, afirma Atul Lele, director de
inversiones de Deltec International Group, una gestora de activos. “La
situación es muy similar a una crisis y va a empeorar”.
Un real problema económico
El profundo
malestar que afecta a los mercados emergentes -que representa 38% del producto
bruto interno global en términos nominales y 52% si se calcula en términos de
paridad del poder adquisitivo- proviene esencialmente de deficiencia
económicas, más que tensiones de los mercados financieros. Por ejemplo, la
caída del crecimiento en China, que minó la demanda global de commodities, es
producto de la actual transición de Beijing de un modelo de crecimiento
desgastado que dependía de las inversiones inmobiliarias, en fábricas e
infraestructura.
“Los
legisladores chinos aceptan que el crecimiento más lento es una consecuencia
necesaria de su esfuerzo por reequilibrar la economía”, afirma David Lubin,
director de economía de mercados emergentes del Citi. “Pero esto genera un
problema a otros países en desarrollo, que se habían beneficiado con el rápido
crecimiento impulsado por la inversión en China. El crecimiento chino ahora no
es ni rápido ni está impulsado por la inversión”, agregó.
El
resultado de estas sacudidas se ve reflejado en un crecimiento decreciente.
Oxford Economics, una empresa de asesoramiento dedicada a realizar previsiones
económicas, estima que el crecimiento del PBI este año en mercados emergentes
caerá a 3,6%, el nivel más bajo desde 2001, sin contar 2009, el año de la
crisis.
Sin
embargo, Oxford Economics estima que si el crecimiento “real” de China es de 4%
este año -en vez del 7% oficial-, el crecimiento total de los mercados
emergentes para 2015 caería a 2,7%, el nivel más bajo desde la crisis
financiera asiática de 1997-1998 (excluyendo 2009). Oxford Economics es uno de
varios grupos de investigación que estima el actual crecimiento de China en 4%.
“Este
desacelere es un apoyo importante para el crecimiento mundial, especialmente
porque los mercados emergentes representan una parte mayor de la economía
mundial que hace 15 años atrás”, afirma Adam Slater, economista de Oxford
Economics. Slater sostiene que si se asume un crecimiento del 4% para China y
el PBI sigue creciendo en algunos países en desarrollo este año, “es bastante
probable que la cifra termine siendo inferior al 2%”. Esto representaría un
nivel de crecimiento más bajo que en 2001-2002, cuando Estados Unidos
atravesaba una leve recesión.
Golpe al comercio
Una de
las principales dinámicas detrás de la caída es el comercio mundial. Luego de
la crisis financiera, el vigor de los mercados emergentes sumó más de 8 puntos
porcentuales al crecimiento del comercio. Sin embargo, en los dos primeros
trimestres de este año los mercados emergentes se convirtieron en un detractor
neto del crecimiento del comercio mundial por primera vez desde la crisis,
según Oxford Economics.
Al
menos parte de la razón que subyace al débil desempeño del comercio es un
círculo vicioso de causa y efecto. Por lo general, la depreciación de la moneda
de un país ayuda a aumentar sus exportaciones haciéndolas más baratas, pero
parece que esta relación se quebró este año, según investigaciones del
Financial Times, que comparó los cambios en el valor de 107 monedas de mercados
emergentes con sus volúmenes comerciales del año siguiente.
Según
el análisis, si bien las fuertes depreciaciones de la mayoría de las monedas de
mercados emergentes no hicieron nada para impulsar las exportaciones,
perjudicaron a las importaciones dado que las monedas depreciadas encarecen las
importaciones. Por cada 1% de depreciación de una moneda frente al dólar
estadounidense, los volúmenes de importación cayeron un 0,5% en promedio, según
el estudio del Financial Times.
Los
volúmenes de importación de Brasil durante los últimos tres meses están cayendo
a un ritmo del 13% con respecto al año anterior, según las estimaciones de Capital
Economics, tras una caída del 37% del valor del real en los últimos 12 meses.
Rusia, Sudáfrica y Venezuela también experimentaron una caída de las
importaciones a raíz de una fuerte depreciación de sus monedas. Este fenómeno
privó a los gobiernos de los mercados emergentes de la posibilidad de exportar
para salir de la crisis; así, los países exportadores de commodities, en
particular, quedaron a merced de los vientos de cola de las monedas y los
ingresos por exportaciones se desmoronaron.
“El
entorno actual es una tormenta perfecta para los exportadores de commodities
con déficits de cuenta corriente, que en su mayoría se encuentran en América
del Sur, África e Indonesia”, sostiene Michael Power, estratega de Investec.
“Podría empeorar antes de mejorar. Se necesitan recortes drásticos en la
capacidad de producción de commodities antes de que vuelva un grado de
equilibrio”.
La
diferencia entre los países que dependen de la fabricación y los que dependen
de las exportaciones de commodities se puede ver en el ROE (rentabilidad sobre
el patrimonio neto) promedio de las empresas incluidas en el índice MSCI
Emerging Markets. El ROE mide las utilidades de una empresa como porcentaje del
patrimonio neto. En términos generales, el ROE de las empresas incluidas en el
índice MSCI EM disminuyó del 18,36% en octubre de 2008 a alrededor del 11%,
según un estudio realizado por Ecstrat, una consultora de inversiones.
En los
países exportadores de commodities, la caída es mucho más pronunciada. El ROE
de las empresas brasileñas cayó del 21,9% registrado a fines de 2008 a 4,2%; el
de las empresas peruanas, del 31 al 12,3% y el de las empresas rusas, del 23,2
al 7,1%. Por el contrario, el ROE de las industrias manufactureras de Taiwán y
Sri Lanka aumentó desde fines de 2008, mientras que en Corea del Sur disminuyó
ligeramente.
Detrás
de estas debilidades yace una cascada de capitales que brota de las economías
emergentes a medida que el valor de las monedas cae frente al dólar, y la
expectativa de un endurecimiento de la política monetaria de la FED, que se
espera que haga que las inversiones estadounidenses en dólares se vuelvan
atractivas en relación con las de los mercados emergentes. El total neto de
salidas de capital de las 19 economías de mercados emergentes más grandes
alcanzó los u$s 940.000 millones en los 13 meses hasta fines de julio, casi el
doble de los u$s 480.000 millones netos que salieron a lo largo de tres
trimestres durante la crisis financiera de 2008-2009, según el banco de
inversión NN Investment Partners.
Otros
analistas, después de ajustes por la fluctuación de los tipos de cambio,
estiman las salidas de capital bastante por debajo de u$s 940.000 millones,
pero el panorama se oscurece por la falta de claridad en los datos nacionales
sobre la composición de las reservas de divisas. Sin embargo, según Maarten-Jan
Bakkum, estratega de mercados emergentes de NN Investment Partners, “estas
salidas aún tienen mucho camino por recorrer”.
Lele
identifica una dinámica en la que la salida de capitales y la caída de las
exportaciones crean presión a la baja sobre las monedas, que luego se deprecian
frente al dólar estadounidense, lo que aumenta el costo de servicio de la deuda
en moneda extranjera de las empresas de mercados emergentes. “Lo próximo que
ocurrirá serán defaults de empresas de mercados emergentes”, agrega.
¿Pueden evitarse las crisis?
A pesar
de que el malestar de los mercados emergentes se está intensificando, sería
temerario suponer que una crisis es inevitable. Algunos mercados emergentes
tienen la opción de forzar la implementación de reformas estructurales urgentes
para reducir la burocracia, impulsar el papel del sector privado en la economía
y ofrecer incentivos a los empleadores. Otras economías relativamente fuertes
-como China, India, México, Filipinas, Corea del Sur, Taiwán y otras- tienen
cierto margen para aumentar el gasto fiscal a fin de impulsar el crecimiento.
Está
clara la necesidad de nueva infraestructura, especialmente en India, China, la
mayor parte de África subsahariana y gran parte de América Latina. Las
organizaciones multilaterales, incluyendo el nuevo Asia Infrastructure
Investment Bank dirigido por China, están en condiciones de poner en marcha sus
programas.
El-Erian
identifica cuatro motores de crecimiento posibles: regresar a las reformas a
favor del crecimiento; abordar los excesos financieros, como en el caso de
China; mejorar la composición de la demanda de la economía; y fortalecer la
arquitectura financiera mundial. Pero, según afirma, es importante para
occidente darse cuenta de que el malestar de los mercados emergentes no es sólo
un problema del mundo en desarrollo. Las fortunas mundiales desarrolladas y en
desarrollo están tan interrelacionadas que la desaparición de una
inevitablemente lleva a la caída de la otra.
Los
formuladores de políticas occidentales, sostiene El-Erian, son como compradores
de viviendas preocupados. “Antes (ellos) se preocupaban únicamente por la
vivienda, mientras el vecindario estuviese bien. Ahora tienen que preocuparse
por ambos”. >>
http://www.cfkargentina.com/emergentes-llego-el-momento-de-reparar-un-modelo-roto/