miércoles, 13 de julio de 2016

13/07/2016 OPINIONES

Opiniones

en la prensa peruana
ECONONOTI



  • Soberanía energética: foro sobre esta clave silenciada


    Manuel Dammert

    E n la coyuntura del nuevo Gobierno se tratan muchos temas, distractivos o seriamente. Pero hay algunos que simplemente se ocultan. Entre estos, es ominoso el silenciamiento premeditado de un asunto clave para la patria. Está fuera de la agenda de especialistas diversos, candidatos a puestos, postulantes a comentaristas, ofertantes de políticas.
    Se oculta el tema clave de la soberanía energética. O se pretende desde el lobismo del Grupo Empresarial El Comercio, en la pluma de Cecilia Blume (artículo 06/06/ 2016) referirse al derrame de petróleo para promover la privatización de Petroperú, paralizar la modernización de la refinería de Talara, tirar por la borda los estudios especializados de Wood Mckenzie que proponen la integración vertical y la explotación de pozos petroleros. La Sra. Blume en su calidad de consultora privada ha intervenido en proponer a los técnicos que la gerencia de Germán Velásquez contrató y ahora busca desacreditarlos.
    Baste mencionar tres asuntos en cuestión de la soberanía asociada a la energía. Se sigue exportando el gas de Camisea a México en condiciones desventajosas. Está en disputa la renta estratégica, de 20 mil millones de dólares en los próximos 15 años, entre el Perú y el consorcio Shell. No se abastece masivamente ni del gas natural ni de combustibles limpios.
    También, la disyuntiva es clara: o se reduce el país a colonia energética de una gran empresa extranjera que saquea la patria, o forjamos los circuitos macrorregionales de soberanía energética nacional. Existe la urgencia de la integración vertical industrial petrolera-gasífera en el norte (refineríaTalara-oleoducto-amazonía). También la articulación del Gasoducto del Sur con los complejos petroquímicos del etano y el metano, y la promoción agraria e industrial surandina. También es urgente el abastecimiento a Lima y al conjunto del país de combustibles limpios y baratos y de la masificación del gas natural domiciliario.
    Existen propuestas y proyectos sobre estas materias. El Foro Soberanía Energética las va a tratar en su 23 Sesión el día 18 de julio próximo. En el evento público a realizarse en el Congreso Nacional, sala Juan Santos Atahualpa, de 5 a 8 p.m. participan: Ing. Carlos Herrera Descalzi, exministro de Energía y Minas; Ing. Aurelio Ochoa, expresidente de Perupetro; Ing. Humberto Campodónico, expresidente de Petroperú; congresista Verónika Mendoza; congresista Marisol Espinoza; congresista Manuel Dammert; José Bolo Bancayán, alcalde provincial de Talara; Juan Castillo More, Coalición de Sindicatos Petroperú. Se transmitirá en directo por la señal de TV del Congreso (Canal 550 de Movistar), y por señal electrónica en las redes sociales

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    Los muertos de todos


    Luis Davelouis

    “Santiago trabajaba en un chifa y como jardinero. Un día se enamoró y decidió irse a vivir con su novia. Para ello, le pidió a una tía que le alquilara un cuarto en un asentamiento humano en Chorrillos.

    Él era miembro de la Iglesia Israelita del Nuevo Pacto y tenía el pelo y la barba largos, pero se los cortó para agradarle más a su chica. Llevaban una semana viviendo allí cuando, en la madrugada del 9 de julio de 1992, un grupo de hombres y una mujer ingresaron a la casa buscando a alguien. Él les dijo “yo no soy, yo soy evangélico”. Les mostró su libreta electoral, pero, como en la foto todavía tenía el pelo largo, no le creyeron y a golpes lo subieron a una camioneta.

    Margarita, madre de Santiago, llegó a la carceleta del Palacio de Justicia y le dijeron que allí estaba. “¡Gómez Palomino!”, gritó el guardia, pero no era Santiago. En el 2000 un fiscal conoció del caso de un hombre que había sido enterrado en la playa La Chira por el Grupo Colina. Buscó por años en esa playa a ese hombre del que solo sabían que era “evangelista” y que vivía en Chorrillos, sin resultado.

    Otro fiscal finalmente encontró el cuerpo de Santiago en una pequeña fosa, junto a una gran roca entre las playas La Chira y La Herradura (…). Margarita pudo velarlo y enterrarlo, llorarlo, rezarle, acariciar su foto sin atormentarse pensando que “podría estar por ahí como loquito sin recordar nada”.

    Hoy, 24 años después, aún no hay sentencia y la defensa del Grupo Colina alarga el proceso. Hoy, Margarita ya no está, pero muchas madres como ella siguen buscando con la esperanza de que el nuevo gobierno cumpla con dar el presupuesto necesario para que la Ley de Búsqueda de Personas Desaparecidas no sea letra muerta. Para que podamos velarlos y enterrarlos. Porque los 15 mil desaparecidos nos faltan a todos”. (Gloria Cano)

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